Tras los sucesos anteriores, Rue lo primero que hace al despedir a Jules en la estación de tren es drogarse. Nate la ha hecho creer que su amiga la abandona y que nunca conseguirá salir de la espiral de autodestrucción convirtiéndose en una drogadicta sin futuro. Rue se vuelve a derrumbar cayendo en el mismo error, ahora no tiene a nadie ni ningún motivo que la consiga salvar de las drogas.