El cuarentón ha logrado superar los primeros seis meses del giro radical que ha dado a su vida profesional, pero eso no quiere decir que se le hayan acabado los retos. Nuevas relaciones amorosas y peligrosos criminales serán elementos a los que enfrentarse además de la decisión más trascendental desde que ingresó en el cuerpo: qué clase de policía quiere ser.