Shaun Emery es un exsoldado británico liberado de prisión después de que su condena por un crimen en Afganistán haya sido echada para atrás por unas pruebas de video defectuosas. Sin embargo, vuelve a temer por su libertad cuando aparece un nuevo video que lo incrimina en el secuestro de su abogada. Rachel Carey se encargará del caso, y poco a poco descubrirá una conspiración.
Mientras que Carey va investigando, es consciente de que las pruebas de video podrían haber sido manipuladas digitalmente, lo que destapará una red de engaños que alcanza los niveles más altos de las agencias de inteligencia. Shaun, que quiere demostrar su inocencia, se convierte en fugitivo mientras que Carey intenta descubrir la verdad.