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El aparente suicidio de Lara, una joven bailarina con mucho talento encontrada muerta en el Teatro Nacional de Reykjavik, cambia la vida de una detective y ahora, su nuevo propósito vital es descubrir la verdad sobre el terrible fallecimiento. Sus sospechas de que, en realidad, fue un asesinato, se ven reforzadas cuando las compañeras de colegio de la fallecida tienen versiones muy distintas sobre lo ocurrido.
Mientras la detective está sumergida en la investigación, esta se ve continuamente puesta en peligro, por situaciones como el periódico local intentando culpar a los padres. La detective también debe enfrentarse a sus problemas de alcoholismo y personalidad destructiva. Por otra parte, el abogado y amigo de la víctima, Brynhildur, junto con los afligidos padres, deciden buscar la verdad pro su parte.
Un elenco notable, un guión atrapante y sin fisuras. Una intriga compleja en la que vamos conociendo a los personajes (muchos de ellos realmente crueles) y sus vínculos de a poco.
El mejor policial islandés, sujperior a Trapped, doloroso y conovedor, al nivel de Happy Valley.
