Tras la muerte del Rey Fernando, sus hijos Sancho, García y Alfonso son designados como los reyes de Castilla, León y Galicia. Urraca ahora es la Señora de Zamora y sigue moviendo los hilos del poder en la sombra, a la vez que descubre su lado más oscuro.
Mientras tanto, su hermana Elvira suspira por Ruy. Las disputas entre ellos transformarán la Península Ibérica en un campo de sangrientas batallas pese a los intentos de la reina Sancha para frenar una guerra inevitable entre sus propios hijos.