Hache y Belén siguen con su vida en el barrio madrileño de Malasaña. Las cosas en el barrio han experimentado un gran cambio, pero sigue siendo uno de los lugares de referencia para los amantes de las últimas tendencias. Sin embargo, las dos amigas cada vez están más cómodas porque han conseguido adaptarse al entorno sin perder su esencia. Hache ha empezado a trabajar en un salón de manicura, mientras Belén no pierde la esperanza de convertirse en actriz. Todo va muy rápido, y van a tener que replantearse todo lo que están viviendo.