Meredith se enfrenta a la etapa más dura de su vida. La muerte de Derek en el accidente de avión cambia para siempre a la doctora. Meredith es consciente de que debe ocuparse de sus hijos y protegerlos, a pesar de estar devastada por haber perdido al amor de su vida.
Por otra parte, la política de no confraternización en el hospital seguirá a prueba conforme más idilios van despertando en el hospital Grey Sloan Memorial. Esto provocará que haya un baile de entradas y salidas en un hospital que busca seguir adelante tras la pérdida de uno de sus más ilustres doctores.