Serie usa del 2022, de ocho capítulos, de una duración media de 50 minutos, con una valoración de 3/10, bajo direcciones de Agustín Martines y Carlos Montero y guión de Miel Santiago. Thriller secta ciencia ficción.
Nada revela el calibre a donde nos va adentrar la película, cuando empiezas a verla, la referencia es muy obvia. Las protagonistas son unas adolescentes de un pequeño pueblo de Sevilla de mediados de los noventa que se enfrentan a un acontecimiento terrorífico y misterioso con tintes sobrenaturales en una mina abandona; 23 muertos en extrañas circunstancias, y dos desaparecidos, seres que te hacen cruzar a una realidad oculta, en la sencillez y modestia de un pequeño pueblo olvidado por la economía.
Eva (Ana Tomeno) y Sofía (Carla Campra) tendrán que enfrentarse al horrible suicidio que parece que han liderado sus padres.
El espectador es llevado en acepte que estamos delante de un thriller sobrenatural en el que suceden cosas que pertenecen al género de lo fantastico, envuelto los dramas familiares de los distintos personajes que deambulan con tintes costumbristas y nostálgicos. A parte de la aparición de monstruitos de cgi
y la ejecución de escenas de ciencia ficción con una resolución visual bastante decente, lo que le hace sumar al filme.
Funciona bien en su retrato de un pueblo andaluz de los noventa como de los setenta. Las relaciones sociales, el acento, el vestuario… Junto a la solvencia de un reparto estupendo, tiene una base solida para que luego lo increíble resulte más creíble.
Los primeros episodios son querer y no poder en la realización como en la historia. Aunque se consiga el punto noventero exigible, pero ni la dirección ni los diálogos están a la altura como para lograr la sensación de que es un producto de calidad que atrape. se queda en más bien en una ficción española que se va quedando desfasada, y no del potencial internacional exigible que se pide en el mercado comercial.
La verdad es que el dilatado ritmo forzado del guión, hace que esta alucinación phesicotropica en una secta que esta implicado hasta el acomodador, hace que cueste cogerle el hilo, en el que se pierde en subtramas que no llevan a ningún sitio.
Con una guardia civil de una torpeza infantil supina, en el que hasta dos adolescentes son capaces de plantarle cara, de no tener ni idea, hasta hacer asalto de intervención, o de dejar fuera a los vecinos que llevan la secta semoniaca del 1200, en la que una veintena de muertes, parece ser llevada por un teniente, que parece un inspector que va a su bola.
Un pueblo de alucinados en la que por momentos uno empieza a pensar, no va a quedar nadie, en cada giro que se encara. Una trama enredada y aburrida poco creible que no para de girar sobre si misma. La ambición se la serie es muy interesante pero esta muy mal llevada y se pasa de frenada en quererla envolver de misticismo sci-fi, y no interesa nada lo que intenta contar.
En resumen esta primera historia no me dejan ganas de una segunda temporada.