Lorna Brady es una mujer que sufre de sonambulismo y es perseguida por los traumas de su pasado en uno de los infames "Magdalene Laundries" de Irlanda. Estos conventos, gestionados por la Iglesia Católica, forzaban a las mujeres a realizar trabajos arduos y les arrebataban a sus hijos.
La vida de Lorna da un giro oscuro cuando despierta junto a un cadáver, lo que la lleva a ser la principal sospechosa en una investigación de asesinato. El detective Colman Akande, que también tiene conexiones personales con los orfanatos y conventos de la época, es enviado desde Dublín para resolver el caso, generando una alianza incómoda pero necesaria entre él y Lorna.