Después de conseguir salvar de la quiebra al resort, los Finley-Cullen deben enfrentarse a nuevos problemas con los que no habían contado. Rhian tienen que hacer frente a un embarazo imprevisto, Ryan vuelve a meterse en líos, Nora continúa al pie de la emisora aunque sueña con cambiar de trabajo, y Sammy decide iniciar la búsqueda de su madre adoptiva. Pese a ello, y a la inminente jubilación de Ken y Bea, no pierden la ilusión y ponen en marcha una serie de eventos festivos con los que seguir conquistando a sus clientes.