Dwight y su banda siguen construyendo y defendiendo su imperio, que no deja de crecer, en Tulsa. Pero cuando consiguen establecerse, se dan cuenta de que no son los únicos que quieren reclamar sus derechos. Reciben amenazas de la mafia de Kansas City y de un poderoso hombre local.
Sin embargo, Dwight lucha por mantener a salvo a su familia y a su equipo, al mismo tiempo que sigue gestionando y controlando el resto de sus asutos personales. Además, Dwight aún tiene asuntos pendientes en Nueva York, a los que tendrá que enfrentarse.