Roma, año 2011. El gobierno está al borde del colapso, el Vaticano pasa por una grave crisis y las calles de la ciudad están literalmente en llamas. Mientras, en el inframundo romano, Cinaglia intenta retomar el legado de los samuráis, para así gestionar los asuntos criminales de la ciudad. Lo hará junto con Badali, además de con la ayuda de Adelaida y Angélica, que permanecen al frente de los Anacletis, y de Nadia, que gestiona las plazas de Ostia. Pero hay quienes no quieren aceptar este sistema. Nuevos personajes entrarán en escena, alterando el equilibrio de los bajos fondos de Roma. Comienza así una revolución que va a expandirse rápidamente para borrar todo lo que representa el pasado.