Valladolid. Después de encontrar el cadáver de una joven con los párpados amputados, el inspector Sancho presagia una cadena de homicidios perpetrados por un excéntrico criminal. Con el apoyo de Carapocha, nombre por el que se conoce al mayor experto en asesinos en serie, el equipo lucha por atrapar al criminal, siguiendo el rastro de los cadáveres que Augusto, un sociópata de gustos refinados, va dejando por la ciudad. Pronto descubrirán que se encuentran ante un asesino que comete crímenes con banda sonora y firma los cuerpos de sus víctimas con poemas. Lo que Sancho, obsesionado con frenarle, aún no sabe es que la persecución se convertirá en un duelo muy personal.