La muerte de Tara ha cambiado a Jax para siempre. Con ningún otro propósito que la venganza y, a pesar de los continuos esfuerzos de la policía para que entre en razón, el líder de SAMCRO pasa sus últimos días en prisión consumido por la idea.
Para llevar a cabo tan minucioso plan, Jax está dispuesto a hacer lo necesario. Diferentes alianzas son establecidas en lo que, para Jax, se convierte en una caza sin cuartel. El destino definitivo de SAMCRo se resuelve finalmente