Diez años después los protagonistas siguen enfrentándose a casos surrealistas. Esta vez al tráfico ilegal de armas radiactivas. Paco sigue siendo igual de cabezota y debe desafiar los cambios que se están produciendo a su alrededor. Algo que hará acompañado de sus inseparables amigos. A pesar de seguir metiéndose en líos, Mariano continúa obedeciendo estrictamente las órdenes de su jefe. Por su parte, Sara ya ejerce como inspectora de policía y su relación con el agente Lucas está mejor que nunca.