Cuéntame cómo pasó: episodios de la temporada 2

En 1969, mientras estalla el caso Matesa, la píldora ya ha llegado a España. En el barrio se organiza un gran revuelo debido a que el cura Eugenio invita a una famosa ginecóloga a dar una charla en la parroquia sobre mujer y natalidad. Tras el verano, la familia Alcántara emprende nuevos proyectos. Mercedes está entusiasmada con la boutique que acaba de abrir con Nieves, en la que pasa muchas horas trabajando, con lo que deja un poco aparcadas las tareas del hogar. Por su parte, Antonio Alcántara se despide apenado de su trabajo de ordenanza en el Ministerio. Aunque tiene dudas, espera ganar mucho dinero en la constructora como mano derecha de Don Pablo.

El bebé encontrado por Mercedes resulta ser una preciosa niña de la que se encariñan las tres mujeres de la familia Alcántara. Antonio consigue convencer a su mujer para llevar a la niña al hospital y dejar que las autoridades se hagan cargo de ella. Entre tanto, Don Pablo se empeña en convertir a Antonio en un señor de categoría, para que pueda representar convenientemente a la empresa. Para ello le regala un manual de buenos modales y lo lleva a comer a un refinado y carísimo restaurante, el Club 21.

Antonio sigue soñando con comprarse un coche. Don Pablo le enseña sus trampas para comprarse el mítico Seat 1430 sin necesidad de pagar luego las letras. Alcántara, más honesto que su jefe, comienza por sacarse el carnet de conducir. Lola, la secretaria de la constructora, le aconseja que lleve chuletas al examen teórico. Pero el carnet no es su única preocupación. Doña Pura, su madre, decide dejar su pueblo, Sagrillas, para pasar unos días con la familia Alcántara. Este viaje repentino agrada a la vez que preocupa a Antonio, dado que su madre, a la que hace años que no ve, suele ser muy reacia a dejar su casa de toda la vida. Mercedes, entre tanto, sigue con su idea de hacerse cargo de la niña que encontró en la calle, a la que acude a ver al hospital, encariñándose de ella cada vez más.

La llegada de la madre de Antonio, doña Pura, a la casa de los Alcántara provoca enfrentamientos con la familia. Acostumbrada a la vida en su pueblo Sagrillas, no comparte la forma de vida de la familia de su hijo. Éste, preocupado por la salud de su madre, se empeña en llevarla al médico. Al tiempo que Franco remodela todo su gobierno debido al escándalo de Matesa, Eugenio trata de despertar la conciencia social del barrio instando a sus feligreses a participar en una obra de teatro que, organizada en el club parroquial, va a dirigir un actor amigo suyo. La gente del barrio acoge con entusiasmo la idea, y muchos se atreven a hacer las pruebas de elección de actores. Por su parte Carlos, como era de esperar, decide montar una función paralela junto con sus amigos.

Toda la familia espera con impaciencia la llegada a casa de Gerardo, un familiar que emigró a Argentina hace muchos años, y que está de vuelta por unos días en España gracias a lo que en 1969 se llamó ''Operación España''. Sus historias sorprenderán a todos, que piensan que en Argentina todo el mundo nada en la abundancia. Además, la visita del tío de América avivará las tensiones entre Herminia y Pura. Don Pablo cree que ha llegado el momento de presentar a Antonio en sociedad. Consigue que les inviten al palco del Bernabéu, pero no para ver fútbol, sino para encontrar posibles inversores en la constructora. El saber estar de Antonio es toda una incógnita.

Carlos queda impresionado cuando el cura Eugenio le conciencia sobre el respeto a los animales. Son seres vivos y no se deben matar. El menor de los Alcántara lleva al extremo su reciente condición de defensor de los animales y defiende incluso la vida de los piojos.Mientras, Don Pablo se lleva a Antonio a un cacería con lo más granado de la sociedad madrileña de la época. Incluso se rumorea que puede asistir el Caudillo. Allí Antonio conoce por fin al socio de su jefe y se topa con Don Luis Altamira. Además, Diego Barrios percibe en Inés aptitudes para la interpretación y la anima para que estudie Arte Dramático.

Antonio lleva cuatro días sin hablar a Mercedes por el asunto de la adopción. Por si fuera poco, tienen que preparar el bautizo, con todo lo que ello conlleva. Deben decidir qué nombre poner a la niña, así como cuál de las dos abuelas será la madrina. Este último asunto será fuente de problemas. Queda apenas una semana para el estreno de la obra Llama un inspector y continúan las envidias entre los actores, esta vez por la confección del cartel que lo anuncia. Mientras, Diego Barrios pone en práctica con Inés los métodos más duros para que aproveche sus aptitudes interpretativas.

Por fin se representa en la parroquia la obra 'Llama un inspector' y todos los actores tienen los típicos nervios previos al estreno. Inés acude a Diego para tranquilizarse mientras que Mercedes, por su parte, está un poco harta de que la obra de teatro desvíe a su hija de sus obligaciones en la boutique. Por si fuera poco, Nieves y Pili andan siempre a la greña delante de las clientas por sus diferencias en torno a la obra. Después de los gastos del bautizo de Teresa, Antonio está muy preocupado porque no consigue que don Pablo le asigne un sueldo fijo. Éste prefiere que su subordinado gane dinero a través de las sospechosas comisiones de los proveedores de la constructora. Antonio, más honesto que su jefe, se verá ante un gran dilema moral.

Ya han pasado dos semanas desde que apareció Socorro, la madre de Teresa, y los Alcántara siguen sin saber nada de ninguna de las dos. En 1969 el servicio doméstico tenía que aguantar carros y carretas, por lo que el futuro de ambas se vislumbraba incierto. Antonio y Mercedes, cada uno por su cuenta, tratarán de dar con la familia a la que sirve Socorro para tener noticias de la niña. Por si fuera poco para el matrimonio Alcántara, Inés se entusiasma cada vez más con el mundo del teatro y con su mentor, Diego Barrios. Mercedes se preocupa porque su hija desatiende sus obligaciones en la boutique y sólo piensa en ver representaciones hasta las tantas de la madrugada.

Inés, que está entusiasmada con el mundo del teatro, cree que ha encontrado su auténtica vocación. Diego Barrios le consigue la oportunidad de presentarse a una prueba de una gran compañía teatral para sustituir a una actriz en un pequeño papel. A Antonio y Mercedes les aterra la idea de que su hija se meta a artista. Su incomprensión, sobre todo la de Antonio, choca de pleno con la determinación de Inés. La relación entre padres e hija se tornará muy difícil. Por fin se produce la inspección fiscal de la imprenta. Don Pablo da el día libre a Antonio para que no meta la pata. Parece que esta vez sólo un milagro puede salvar a Don Pablo de que sus trapicheos sean descubiertos.

nés decide dejar su trabajo en Meyni para dedicarse plenamente al teatro, lo que agota la paciencia de sus padres. Antonio tiene con ella una fortísima discusión que acarreará graves consecuencias. Mercedes, muy afectada, hace de tripas corazón y se pasa el día trabajando para terminar un encargo de muchos vestidos. Por si fuera poco, en la tienda no recibe mucha ayuda puesto que Pili y Nieves no piensan en otra cosa más que en adelgazar. Fuera del hogar, a Antonio parece irle muy bien. Don Pablo por fin le da un adelanto, y además le invita a una cena en su casa para celebrar la puesta en marcha de Construcciones Nueva York. Al banquete asistirá una pareja de excepción: los Altamira.

Después de discutir con Diego Inés vuelve a casa convencida de dejar el teatro y seguir en la boutique, para alivio de Antonio y Mercedes. Sin embargo su determinación parece efímera, más si cabe cuando recibe la oferta de hacer de protagonista en el extraño cortometraje de unos estudiantes de cine. Tras duros ensayos, por fin ha llegado el día en que Toni y sus amigos reclutas juran bandera. Antonio, muy orgulloso, asiste a la ceremonia junto con toda su familia a excepción de las abuelas. Don Pablo, que quiere empezar cuanto antes la venta de pisos, enseña a Antonio el flamante piso piloto que van a mostrar a los compradores así como su ambiciosa campaña publicitaria.

Mientras en vísperas de la Navidad de 1969 seguía vigente en España la famosa Ley de Vagos y Maleantes, aparece en el descampado del barrio un misterioso vagabundo. Carlos, Luis y Josete, fascinados por la forma de vida del mendigo, le espían desde lejos, al tiempo que en sus casas desaparece comida misteriosamente. La llegada del mendigo deparará sorpresas a toda la familia Alcántara, en especial a Doña Pura. Ésta se encuentra muy alicaída para desconsuelo de Antonio, que acude desesperanzado a recoger los resultados de los análisis que se hizo su madre. Más ilusionado está el cabeza de familia de los Alcántara ante la posibilidad de comprarse un Seat 600 de segunda mano, que ha puesto en venta un sobrino de Federico. Pese a que Don Pablo no le concede un adelanto, Antonio está decidido a comprarlo.

Llega la nochevieja de 1969 y Antonio pretende celebrarla en familia, especialmente junto a su madre Pura, que sigue sin encontrarse bien. Sin embargo, sus hijos no están por la labor. Inés tiene que actuar ese día y apenas le dará tiempo a cenar con ellos, mientras que Toni quiere ir a un cotillón que celebra su amigo Álvaro en su casa. Resignados, Antonio y Mercedes tienen que hacerse a la idea de pasar la nochevieja sólo con las abuelas y Carlitos. Miguel, el vagabundo republicano que cenó en Nochebuena con los Alcántara, ha desaparecido del descampado dejando allí sus escasas pertenencias. Pura y Herminia, temiéndose alguna desgracia, pedirán ayuda a Eugenio para encontrarle.