Cuéntame cómo pasó: episodios de la temporada 9

Abril de 1975. Apenas quedan seis meses para que la vida de Franco se apague y todo el país mira al futuro con mezcla de temor y esperanza. Sin embargo, aquella última primavera de la dictadura, Carlos Alcántara sólo tiene una cosa en la cabeza: que el Atlético de Madrid se proclame nada menos que campeón del mundo.

El primero de mayo de 1975 la familia Alcántara descubre una España con síntomas de cambio. Recién llegados de París, Antonio y Mercedes se encuentran con un panorama que anuncia un futuro cargado de nuevos retos y proyecciones. Uno de los tropezones más grandes será el de Antonio, que por culpa de unos panfletos se ve obligado a tomar una drástica y dolorosa decisión en la imprenta. Mientras, para Carlitos, esos mismos panfletos hacen que, casi sin querer, se acerque a la Joven Guardia Roja. Ajena a todo, Mercedes busca su propio camino como mujer y como empresaria. Con la ayuda de Pili y el apoyo incondicional de su madre, Mercedes dará un paso definitivo que le trasladará a los que fueron sus orígenes empresariales en el barrio de San Genaro.

Los últimos días de septiembre de 1975 son días de confusión, de incertidumbre, de reivindicaciones, de protestas sociales y también de mucho dolor. El franquismo da sus últimos coletazos mientras dicta las últimas sentencias de muerte. Los Alcántara y todos los españoles son testigos de esta demostración de poder del régimen que dinamita las críticas internacionales y pone en evidencia a Francisco Franco. En esos días gran parte de los españoles viven pendientes de las retrasmisiones de Radio Pirenaica, de lo que decía la prensa extranjera y también de la información oficial. Toni en Pueblo o Antonio en Criterio tienen más información que otros, pero eso les va a costar caro y, sin saber cómo, padre e hijo se encontrarán en la DGS. Y es que España está revuelta. Mercedes también lo comprueba en la universidad. Al ir a matricularse se ve atrapada en un autobús donde vivirá una situación totalmente inesperada. En el instituto también se viven situaciones tensas. Vigueras quiere que todos los alumnos firmen una carta para limpiar el nombre de Franco. Eso es precisamente lo que piensa hacer Carlos, aunque con mucha más imaginación que su profesor. El que le echa imaginación, pero no se puede creer lo que le está pasando, es Miguel. Después de llevar a un enigmático cliente en su taxi le convence para que no cometa un asesinato por amor, mientras Paquita desconsolada le espera atiborrándose de pastelitos.

Mientras el crimen de los Galindos conmociona a media España, los Alcántara pasan el verano de 1975 en Sagrillas intentando disfrutar de su temporada habitual en el pueblo. Como otros años, Antonio se ha quedado en Madrid trabajando en la imprenta y, en este ocasión, aprovecha para ir con Don Pablo a la presentación de una nueva empresa llamada FEDISA. Este acto supone una nueva oportunidad para Antonio, que le ayuda a abrir los ojos y ver lo que realmente pasa en España, además de enterarse de que él es, entre otras cosas, un demócrata cristiano. Mientras tanto, en Sagrillas, la tranquilidad se rompe con la noticia de una muerte que dejará a todos destrozados. Los rumores empiezan a extenderse y, casi sin saber cómo, todo se complica hasta el punto de que Mercedes y Herminia tendrán que soportar cómo su familia y sus hijos vuelven a estar en el punto de mira reprobatorio de todo el pueblo.Toni viaja con Juana al País Vasco a la boda de Mario, uno de sus mejores amigos de la mili. Lo que se suponía que iba a ser una celebración emotiva y divertida, se convierte en un ten con ten político tras conocerse la noticia de un atentado de ETA. Inmediatamente, Toni vuelve a Sagrillas. Carlitos sigue pensando en Julia, su novia de verano. De nuevo en Sagrillas, Carlos espera que todo vuelva a ser como antes, pero hay algo en ella distinto, que le aleja de él y lo tendrá que descubrir. El que también tiene que descubrir lo que ocurre es Miguel, que se armará de valor para acompañar el Matamulas al monte cargados con

Los últimos días de septiembre de 1975 son días de confusión, de incertidumbre, de reivindicaciones, de protestas sociales y también de mucho dolor. El franquismo da sus últimos coletazos mientras dicta las últimas sentencias de muerte. Los Alcántara y todos los españoles son testigos de esta demostración de poder del régimen que dinamita las críticas internacionales y pone en evidencia a Francisco Franco. En esos días gran parte de los españoles viven pendientes de las retrasmisiones de Radio Pirenaica, de lo que decía la prensa extranjera y también de la información oficial. Toni en Pueblo o Antonio en Criterio tienen más información que otros, pero eso les va a costar caro y, sin saber cómo, padre e hijo se encontrarán en la DGS. Y es que España está revuelta. Mercedes también lo comprueba en la universidad. Al ir a matricularse se ve atrapada en un autobús donde vivirá una situación totalmente inesperada. En el instituto también se viven situaciones tensas. Vigueras quiere que todos los alumnos firmen una carta para limpiar el nombre de Franco. Eso es precisamente lo que piensa hacer Carlos, aunque con mucha más imaginación que su profesor. El que le echa imaginación, pero no se puede creer lo que le está pasando, es Miguel. Después de llevar a un enigmático cliente en su taxi le convence para que no cometa un asesinato por amor, mientras Paquita desconsolada le espera atiborrándose de pastelitos.

Los últimos acontecimientos en el país no han dejado indiferente a nadie, ni siquiera lejos de nuestras fronteras. El 27 de septiembre de 1975 el gobierno de Franco da la orden de ejecutar a cinco terroristas del FRAP y de ETA, que un mes antes habían sido condenados a muerte por el régimen. En este ambiente, la familia Alcántara asiste como de costumbre a la iglesia. Pero ni siquiera allí consiguen alejarse de la situación política. Antonio, a pesar de la creciente oposición al régimen, se verá obligado a imprimir, por miedo a recibir amenazas, 25.000 ejemplares para la concentración del 1 de octubre en la Plaza de Oriente. Pero no siempre es posible elegir y menos aún cuando se trata de estar o no estar con el Caudillo. Carlos se entera en el instituto de que está obligado a ir a la concentración del 1 de octubre, algo que le parece totalmente injusto e intentará evitar por todos los medios. Si la situación política anda revuelta, lo mismo le sucede a la economía. Los asiduos a la bodega tienen que hacer frente a una subida considerable de los precios. Algunos, como Antonio o Cervan, no acaban de entenderlo y a las discusiones políticas se unen ahora las del precio de la caña. Con la excusa de que el ambiente anda revuelto también en la Universidad, Antonio convence a Mercedes para que no acuda a su primer día de clase. Merche, a pesar de la oposición de Antonio, decidirá ir a sus espaldas. Allí conocerá a Begoña, la profesora de Sociología, papel interpretado por Blanca Portillo.

Los Alcántara tienen desde esta semana asistenta. Con la llegada de Remedios -Carmen Segarra-, Mercedes ya puede ir más tranquila a la Universidad. Pero lo que en principio parece una solución a los problemas domésticos, acabará desesperando a todos. Mientras, todo el barrio de San Genaro y también la familia Alcántara están pendientes del empeoramiento de la salud de Franco. Según las fuentes oficiales, el proceso gripal que tenía desde el Día de la Hispanidad ha derivado en una crisis coronaria. Precisamente en estos días se cumple el aniversario de la muerte del padre de Antonio y Miguel. Mientras Franco se muere, Antonio y su hermano no pueden evitar recordar la imagen de su padre. Viajan a Sagrillas para visitar su tumba y allí se plantean cómo hubiera sido su vida si hoy viviese con ellos. Los que están revolucionados son los estudiantes de la Universidad, que estos días viven intensamente los últimos días de Franco. Tal es la tensión que hay en las aulas que algunos incluso llegan a desconfiar de Mercedes. Toni no para de trabajar en el periódico porque a la situación en el Sáhara se une ahora la del Caudillo. Consigue un contacto dentro de su equipo médico que le filtra información sobre la última hora de Franco.

Quién le iba a decir a Antonio que en los últimos años del franquismo iba a acabar hablando con comunistas y hasta permitiendo que uno de ellos durmiese en su propia casa. Franco se muere y ante lo que pueda pasar, muchos prefieren conocer todas las posturas, por si a última hora hay que cambiar de chaqueta. Es lo que le ocurre a Don Pablo, que convence a Antonio para que asista a una reunión de Criterio con comunistas para saber qué van a hacer cuando el Caudillo se muera. Y si Antonio quería alejarse de los comunistas, se encuentra a uno viviendo en su propia casa. El ambiente en la Universidad anda revuelto y las detenciones no cesan. Por ello Begoña le pide a Mercedes que si Víctor, su actual pareja, puede pasar la noche en su casa para evitar que le detengan por ser de izquierdas. Las cosas se complican y lo que en un principio era una noche, acaba siendo más días. Mientras, las portadas de todos los periódicos hacen referencia a la preocupante salud de Franco. Toni ha tenido que desplazarse a la carpa que se ha instalado en las puertas del Pardo para que los periodistas, procedentes de todos los países, puedan ofrecer la última hora del Caudillo, que según fuentes oficiales se encuentra en estado grave.

A pesar de que Franco está en las últimas, el régimen todavía controla todo, incluso las conversaciones entre los parroquianos en el bar de Tinín. Los comentarios de Miguel sobre que ha llevado a Franco a un club de alterne han provocado su detención y le acusan de injurias contra la figura del Caudillo. Y si Miguel ha sido detenido por hablar más de la cuenta, Antonio teme que le pase lo mismo por tener a Víctor en casa. Le pide a Mercedes que hable con Begoña para que Víctor se vaya cuanto antes. Toni, por su parte, espera ansioso la vuelta de Juana del Sahara. Pero el estado de salud de Franco es preocupante y apenas tienen tiempo para recibimientos. Inmediatamente, los dos tienen que desplazarse a la Paz para hacer un seguimiento de la última hora del jefe de Estado.

Los Alcántara viven pendientes de las noticias. Todos son conscientes de que el final de Franco está cerca y parece que están más inquietos de lo habitual; sobre todo Antonio que no se quita de la cabeza los testamentos. A don Pablo, en cambio, no le preocupa tanto el negocio de los testamentos ya que él en estos momentos está más centrado en sus asuntos sentimentales. Mercedes desconoce las preocupaciones de Antonio con la imprenta, porque a ella lo único que le preocupa ahora es que Víctor se vaya de casa cuanto antes, ya que su estancia le empieza a incomodar. Carlitos, por su parte, teme tener que ir otra vez a confesarse después de la ajetreada noche que tuvieron Josete y él con Rosario e Isabel.

Se acaba una intensa etapa para los Alcántara, pero comienza otra nueva cargada de sueños e ilusiones. La muerte de Franco supuso para todos el punto y final de una etapa y el comienzo de una nueva: la transición. Después de casi cuarenta años de dictadura muchos se hacen la pregunta ¿Y después de Franco, que? Para responder a esa cuestión el capítulo arranca justo en el momento en el que los Alcántara conocen, a través del ministro de Información, la noticia del fallecimiento del Caudillo. Desde ese momento se hace un recorrido por los acontecimientos más importantes que han tenido lugar en España tras su muerte. Para conocer el desarrollo de esta época se incluyen los testimonios de personas que tuvieron especial protagonismo durante el franquismo y luego en la transición.

El barrio de San Genaro vive pegado a la televisión, sobre todo, después del rumor de que la muerte de Franco será anunciada con la emisión de un documental de pingüinos. Tan extraña es esta noticia como lo es la llegada a casa de los Alcántara de Alfredo, al que le han dado de alta en la Paz, aunque mucho más insospechada es la invitación que Don Pablo hace al matrimonio Alcántara para ver a las alegres chicas de Colsada en un espectáculo llamado Las turgentes de Albacete. Y es que en estos momentos de máxima tensión, cada uno de los Alcántara vive la inminente noticia de la muerte de Franco a su manera. Carlitos pensando en la llegada de la revolución, Antonio en terminar los testamentos a tiempo, Mercedes en la invitación al teatro Martín, Toni y Juana buscando un sitio para pasar la noche y Paquita, entre lloros y sollozos, pendiente de Miguel, que ha sufrido un pequeño percance...

La noche del 20 de noviembre ha sido larga. Los Alcántara no han podido pegar ojo casi desde el momento en el que conocieron la noticia de la muerte de Franco. En la calle todo el mundo está más callado de lo habitual, es un silencio cauto, lleno de interrogantes que nadie sabe cuándo se resolverán. Muchos no se acaban de creer aún que Franco, la persona que ha gobernado España durante los últimos 39 años. Casi todos los comercios de San Genaro muestran hoy un discreto cartel de 'cerrado por defunción'. Mercedes ha ido a la peluquería porque no sabe qué hacer. En la imprenta, Antonio no quiere cerrar y Curro y Paulino han tenido que ir a trabajar. En la redacción de Pueblo el trabajo estos días es incesante. A pesar de que Gallardo le ha dicho a Toni que se quede en casa con Juana para que no les detengan, los dos han ido a la redacción. Para que todos los que quieran puedan despedirse del Caudillo, se ha instalado una capilla ardiente en el Palacio de Oriente durante 24 horas. Herminia decide ir, algo que no le parece muy bien al matrimonio Alcántara. Antonio y Mercedes no quieren ir a la Plaza de Oriente a despedir a Franco, pero tampoco quieren celebrar su muerte. Al final acaban yendo a la cola del Palacio de Oriente. Carlos, que no tiene clase durante siete días por la muerte de Franco, decide ir con Josete y Karina al Palacio de Oriente.

Llega la Navidad y el ambiente festivo se nota en las calles. Las primeras Navidades sin Franco llegan con algunas novedades, como el árbol que por primera vez se instala en San Genaro. El abeto llama la atención de todos menos del padre Froilán: acostumbrado al Belén, no le acaba de gustar la idea. En el terreno político las transformaciones van lentas. Los españoles poco a poco se acostumbran a que el Gobierno esté presidido por Arias Navarro y se produce el abandono definitivo del Sáhara. Pero a pesar de estos cambios, algunos, incluidos los Alcántara, no acaban de entender muchas cosas, como por ejemplo que siga habiendo presos políticos en las cárceles. Precisamente por ese motivo se organiza la primera gran manifestación tras la muerte de Franco. Cientos de personas se congregan en Preciados para pedir amnistía y libertad, entre ellos muchos vecinos de San Genaro.

La familia Alcántara no sólo se ha hecho un hueco en la vida de muchos telespectadores españoles, sino que incluso ha conseguido traspasar fronteras. El éxito que ha tenido la serie en nuestro país ha motivado que otras cadenas de países como Portugal o Italia hayan decidido poner en marcha su 'Cuéntame cómo pasó' particular. Este capitulo especial pretende acercar todas esas semejanzas y diferencias que existe entre la serie original y las diferentes adaptaciones que se han hecho en otros países como Portugal, Italia o incluso México.

Mientras Antonio y Mercedes están preocupados por su hija, que sigue en París, Eugenio ha salido otra vez. La actitud de Eugenio no gusta al matrimonio, que empiezan a cansarse de tener que hacerse cargo de Oriol durante todo el día. Están encantados con su nieto en casa, pero el niño no para de llorar, sobre todo por la noche. Eugenio, por su parte, está con Carola. Los dos han quedado para cenar y se sienten muy a gusto juntos. Al final de la noche ella le regala un libro y le dice que si algún día regresa a España ella le estará esperando. Antonio recibe la llamada de Paulino informándole de que los trabajadores han decidido apoyar la iniciativa de Comisiones Obreras, de parar durante media hora, como medida de presión para que se solucione el problema que hay en el sector. Antonio sabe que la amenaza de huelga en su negocio está muy presente, pero él no puede permitirse el parón, ya que estos días tiene más encargos de lo habitual.

La huelga en la imprenta está a punto de estallar y Antonio no sabe qué hacer para evitarla. No puede seguir pagando las horas extra y cuando se lo explica a Curro lo único que recibe de él es la confirmación de que si todo sigue así irán a la huelga. La situación en casa no es mucho mejor. Las sospechas sobre que la relación entre Eugenio e Inés no va bien son cada vez más evidentes. Por eso cuando Mercedes descubre que Eugenio ha solicitado el reingreso en el instituto, decide hablar con Toni para que éste hable con él.

Si algo llamaba la atención en estas fechas, finales de enero de 1976, es sin lugar a dudas la cantidad de huelgas que proliferan en casi todos los sectores del país. Desde que se declaró la guerra en las Artes Gráficas, Antonio no duerme tranquilo. En la imprenta todo sigue igual, ya que los obreros se mantienen firmes en su idea de no trabajar hasta que la situación mejore. Antonio está cada vez está más preocupado porque si pierde clientes no va a poder hacer frente a los numerosos pagos que tiene que hacer y teme tener que cerrar el negocio. Para apoyar a las imprentas y aumentar la presión, algunos periódicos del país han decidido también hacer huelga. Tony apoya el parón aunque se siente culpable de no ayudar a su padre en estos difíciles momentos. Antonio, con la ayuda de Paulino y don Pablo, sigue imprimiendo a pesar de conocer el riesgo que tiene abrir la imprenta durante la huelga.

A Carlos, el hecho de que su padre le amenazase con dejarle en la calle por llegar tarde le ha sentado muy mal y ha decido escaparse de casa. Toda la familia busca desesperadamente al chico, pero ni siquiera Josete sabe dónde se ha metido. Después de andar sin rumbo por la ciudad, Carlos decide ir a casa de Toni. Carlitos cuenta a Mercedes los motivos de su huida, pero ella con lo único que responde es con un castigo. Desde que Carlos se fue de casa, Antonio no ha dirigido la palabra a su hijo y para Carlitos este es el peor de los castigos. Antonio está muy disgustado porque nota que su hijo pequeño no le hace caso, pero también porque económicamente no está pasando su mejor momento. La huelga en la imprenta está dando muchos quebraderos de cabeza a Antonio, y si las cosas siguen así no sabe de dónde sacar el dinero para hacer frente a las letras que tiene que pagar.

Antonio cumple 50 años pero no está para fiestas, y eso que no sabe que Mercedes y el resto de la familia le tienen organizada una sorpresa. El hecho de que nadie le felicite en su cumpleaños le tiene mosqueado y lanza indirectas a todo el mundo, aunque parece que nadie se entera. En la imprenta la huelga continúa. Todos son conscientes de que esta situación no puede durar mucho y que es cuestión de tiempo. Mientras, en casa de los Alcántara se reparten como pueden los preparativos de la fiesta de Antonio. Herminia se encarga de las compras, porque Mercedes tiene que estudiar, ya que al día siguiente se examina de la asignatura de Begoña. Está muy nerviosa, y como no consigue que le entre la lección le pide ayuda a Begoña, pero ésta no le presta mucha atención porque está preocupada por Víctor ya que hace tres días que no sabe nada de él. De camino a casa, Antonio ve a Eugenio paseando con Carola y se queda exhausto, ya que él pensaba que estaba en París con Inés. Cuando llega a casa se encuentra la fiesta que le han preparado pero él no puede disimular el disgusto que tiene.