Generalmente, los episodios fueron filmados en el bosque, en casas abandonadas o en lugares públicos como escuelas y bibliotecas.
En ocasiones, las terroríficas historias eran adaptaciones de cuentos de hadas de dominio público o leyendas urbanas, como pasa en el episodio La Historia de la Garra Maldita, que es una adaptación de La pata de mono, de W.W. Jacobs.
La serie de terror adolescente llegó a tener su propio juego de mesa.