Sexo en Nueva York: episodios de la temporada 3

Donde hay humo. Las cuatro amigas toman el ferry de State Island y van a juzgar el nuevo calendario del departamento de bomberos de Nueva York.

Han sido tres semanas maravillosas en la relación de Carrie y Bill, y ahora su romance ha llegado a un nivel más profundo. Carrie se pondrá nerviosa ante la atrevida propuesta sexual de Bill. Al mismo tiempo, Charlotte hace maniobras en su propio campo de batalla sentimental: ser elegida esposa a final de año. Para ello decide celebrar una fiesta. Miranda es puesta a prueba cuando Steve le dice que la quiere en exclusividad. Por su parte, Samantha también tiene un conflicto con su última conquista: él es un joven bombón que se viste en la sección masculina de una tienda muy pija, sin embargo, tiene gran sentido del humor y funciona muy bien en la cama.

Otra rama se trunca cuando Carrie ve en el New York Times el anuncio de la boda de Big y Natasha. Esta joven de 25 años, alta, guapa y casada, le hace tener a Carrie sus peores inseguridades. Carrie tratará de impresionar a Natasha con un fabuloso modelito en una comida de alta sociedad, pero sus pretensiones caen en saco roto porque ella no se presenta. Miranda contrata a una limpiadora ucraniana, a la que pronto tendrá que poner en su sitio cuando la chica reemplaza el vibrador de Miranda por una estatua de la Virgen María. Por otra parte, Samantha se lleva a sus tres amigas a un centro de aguas termales SPA para que se liberen del stress.

Charlotte invita a las chicas a la inauguración de una galería en la que un artista, Baird, fotografía drag kings, mujeres vestidas de hombres. Baird le pide a Charlotte que pose para él. Por otra parte, Carrie y su nuevo chico Sean, de veintitantos años, pasan un buen rato en un bar hasta que ella se queda estupefacta al enterarse de que Sean se cita con hombres y mujeres indistintamente.

La primera cita con Brad va fenomenal hasta que llega el momento del beso, que se parece más a unos lamidos sensibleros que a unos auténticos besos por lo que ella trata de darle unas clases urgentes de cómo se besa, pero el chico no tiene remedio. Carrie también tiene un nuevo proyecto entre manos: Aidan, el diseñador de muebles. Para impresionarle Carrie le compra unas sillas de cuero. Hay química entre ellos, pero el tabaco hará imposible el éxito de una relación.

Después de una semana y media de románticas citas sin sexo, Carrie se pregunta por qué su nuevo novio, Aidan, todavía no ha querido irse a la cama con ella. Por su parte, Charlotte tiene sexo, pero la cuestión es que a su nuevo chico le da por degradarla verbalmente cuando está a punto de llegar al orgasmo.

Han pasado tres semanas en su relación con Aidan, y Carrie empieza a preocuparse porque todo parece perfecto. Cuando Aidan le comenta que quiere que conozca a sus padres, Carrie le dice en un primer momento que no. Mientras, Charlotte continúa obsesionada con la idea de que ha de casarse antes de fin de año y pone en marcha una nueva táctica para conseguir su fin. Miranda sigue acomodada junto a Steve, y todo sucede sin incidentes. Por su parte, Samantha duerme junto a un doctor llamado Mark, que no necesita viagra, pero que la emplea para otras cosas en la cama.

Hora de mister big

Mientras Steve busca apartamento, se instala en el sofá de Miranda. Aquí encuentra una nueva ocupación que entristecerá a Miranda. Charlotte se muestra frustrada en su relación con Trey hasta que éste le sugiere que vayan a Tiffanys a comprar el más hermoso anillo de compromiso. El último fichaje de Samantha, Adam, es sexy y sensacional salvo por su ''particular gusto''. Carrie se encuentra en una exposición de muebles con Big, quien está totalmente borracho y se le escapa que él y Natasha no funcionan. Tras el encuentro, y después de perseguir a Carrie varias veces, le confiesa que cometió un error y que realmente la ama.

Carrie está jugando a dos bandas. Mientras Aidan, su novio oficial, se va de viaje de negocios, vuelve a liarse con su ex Big en su apartamento. Éste le dice a Carrie que va a dejar a Natasha, pero ella le dice que no lo haga. A su regreso, Aidan nota que Carrie está rara y le pregunta que si le ha engañado, pensando en que ha vuelto a fumar. Ella le confiesa que sí lo ha hecho y le promete dejar el tabaco.

El affair de Carrie y Big va por su tercera semana, y la escena pasa de ser ultra-sexy a ligeramente sórdida. Estos encuentros con Big hacen que Carrie sea incapaz de relajarse en la cama con Aidan. Mientras, Samantha no entrará en el juego sexual de Tom, hasta que éste no tenga la certeza de que ella se ha hecho el test del Sida. Por su parte, Charlotte está obsesionada por encontrar el traje de boda perfecto.

Frustrada por el hecho de continuar soltera, intenta concertar varias citas en las que se dará cuenta de que siendo abogada no puede hacer favores por su físico. Miranda se hace un corte en el dedo y comprobará que Harris no es realmente médico. Las chicas preparan la despedida de soltera de Charlotte. Todas se quedan muy asombradas cuando ésta admite que ella y Trey no han mantenido relaciones sexuales todavía. Por su parte, Carrie se plantea contarle a Aidan su affair con Big. Unos minutos antes de la boda de Charlotte, suelta la bomba.

Las chicas se van a Los Angeles en busca de días de libertad con intención de desconectar de todo. Allí Samantha conoce a Garth, un chico modelo. Éste les invita a una fiesta, que Carrie y Miranda encuentran repugnante, pero Samantha se está divirtiéndo y termina escapándose con el anfitrión. Mientras, Carrie conoce a un productor de Hollywood, Matthew McConaughey, que se muestra interesado en hacer una película basada en sus columnas sobre sexo. Por su parte, Miranda pretende que la vean como un objeto sexual. Después de una luna de miel sin sexo en Las Bermudas, Charlotte decide llegar al fondo del comportamiento de Trey.

Aún lejos de Nueva York, las chicas continúan su aventura en Los Angeles. Carrie se encuentra a Keith, quien les facilita a ella y a Samantha la entrada en una fiesta privada a la que les habían negado el pase. Fascinada por la categoría social del hombre, Carrie se cita con él y terminan juntos en la cama de su fabulosa casa... hasta que el jefe de Keith llega y destapa el engaño: Keith es su ayudante. Por otra parte, Charlotte se reúne con sus amigas y les cuenta que su matrimonio es totalmente falso, pues siguen sin mantener relaciones sexuales. En su último esfuerzo por ser auténticas mujeres LA, las cuatro amigas asisten a una fiesta en la mansión del playboy Hugh Hefner.

Desesperada por el problema sexual de Trey, Charlotte bucea en Internet en busca de una solución. Cuando le sugiere hablar sobre el asunto, él se enfada y le pide que acepte que lo 'suyo no es el sexo'. Ella considera inaceptable la respuesta y le pide que vayan a un terapéuta sexual. Mientras, Carrie se encuentra con su último hombre, Wade, en una tienda de comics. Queda totalmente fascinada por su fantástico apartamento en Manhattan, y todo irá bien hasta que llega la madre de él.

Cada vez más deprimida por la falta de libido de Trey, Charlotte encuentra cierto alivio cuando tropieza con el jardinero de la casa de campo de McDougal. Por su parte, Carrie pierde sus zapatos favoritos, un par de Manolo Blahniks. El detective Stevens se hace cargo del asunto, pero cuando Miranda aparece en la comisaría, el apuesto agente centra toda su atención en ella.

¡Quiquiriquí!. Mr. Big llama a Carrie y le invita a comer, ella acepta a pesar del consejo de Miranda.