Mientras Eli insiste en que Alicia Florrick se presente como fiscal de Estado e incluso ofreciéndose a dirigir su campaña, la propia Alicia no parece estar dispuesta a dar ese paso. La protagonista deberá lidiar con esta decisión, mientras intenta mantener al cliente más importante de su nuevo bufete Florrick/Agos; que desea marcharse cuando la consultoría atraviesa una crisis económica y legal.
Por su parte, Diane lucha desesperadamente por encontrar socios para que su nueva firma salga adelante.