Si ser una detective de homicidios en la ciudad de Nueva York no fuese suficientemente duro, tener que lidiar con todo un departamento de policía dominado por hombres para conseguir respeto hace que sea un trabajo mucho más complicado. Y eso precisamente es lo que la agente Jane Timoney (Maria Bello, ‘Una historia de violencia’) tiene que hacer.
El principal problema con el que se encuentra Jane al incorporarse a la comisaría de Nueva York es la desconfianza de sus compañeros. La agente ha sido trasladada desde otra ciudad y en su nuevo lugar de trabajo nadie parece querer concederle el beneficio de la duda ni de demostrar que es una buena poli. Aunque todos piensan que su ascenso es fruto de un romance con uno de sus superiores, lo cierto es que Jane es una profesional brillante.
Es verdad que tiene sus vicios, y que generalmente puede parecer maleducada, grosera e irresponsable, pero tiene una innata habilidad para darse cuenta de lo que otros han dejado pasar por alto y para introducirse como nadie en la mente de los asesinos. Sin embargo, aunque Jane se niega a admitirlo, desea más que nada conseguir el respeto de sus compañeros.