Mariano Altamira, un prestigioso abogado que ha terminado dedicándose al mundo empresarial continuando con el negocio familiar, es un hombre brillante, carismático y de un innegable atractivo físico. Su esposa, Dana Riggs, ha contribuido de una manera muy activa al éxito de su marido, y juntos forman un buen equipo profesional. Llevan felizmente 17 años casados y fruto de su matrimonio tienen tres hijas: Elisa, la primogénita y el ojo derecho de Mariano, Cristina y Olga, la pequeña.
Pero la felicidad con la que viven Mariano y Dana está a punto de esfumarse con la desaparición de Elisa. Entre la desesperación y la incertidumbre, el matrimonio intenta enfrentar los acontecimientos tratando de guardar la calma y, especialmente, la esperanza. Pero con el transcurso del tiempo la paciencia comienza a agotarse, en especial al no recibir llamadas telefónicas ni advertencias de ningún tipo. Lo que se perfilaba como un secuestro, parece desconcertar a todo el mundo debido a la falta de testigos.
Dispuestos a todo con tal de encontrar a su hija, los Altamira-Riggs se obsesionan con una investigación donde no hay muchas pistas, sólo el rostro de una joven que de la noche a la mañana desapareció sin dejar huellas. Pronto surgen distintas teorías sobre la desaparición, una de las cuales indica que Elisa no desapareció sino que escapó de sus padres debido a experiencias de abuso y maltrato.