Harold Abrahams y Eric Liddell son atletas. Uno es de origen judío y el otro es cristiano. Ambos ven la vida de distinto color. En uno, Dios está presente en todo lo que hace; el otro pretende convertir su pasión en un reto personal. Sin embargo, los dos persiguen lo mismo: competir en las Olimpiadas de 1924 y llegar a pisar el pódium de los ...