La taberna de Valencia que cerró tras el paso de 'Pesadilla en la cocina', pero que triunfó en una nueva ubicación
    María Garzón
    María Garzón
    -Redactora
    Apasionada de un buen drama y adicta a cualquier comedia romántica, considera que las series y películas no tienen fecha de caducidad. Adicta a la televisión.

    Los consejos de Alberto Chicote y parte de la decoración del 'Lolailo' pasaron al nuevo negocio regentado por las dueñas

    Atresmedia

    Batalla de restaurantes llegará "muy pronto" a las televisiones españolas. El nuevo programa de Alberto Chicote pone el foco en diferentes restaurantes de una misma provincia y especialistas en un mismo tipo de cocina. Por ejemplo, la primera entrega del formato de laSexta estará centrado en negocios gaditanos expertos en cocinar atún rojo. Esto supone que son restaurantes con cierto reconocimiento entre la clientela y que "van muy bien". Algo totalmente opuesto a lo que los espectadores solían presenciar en Pesadilla en la cocina.

    Los restaurantes que participan en Pesadilla en la cocina buscan la ayuda de Chicote para resolver sus problemas y evitar el cierre. La Taberna Lolailo de Valencia fue uno de los negocios que contactaron con el programa dada su crítica situación. Los dueños, tal y como declaran a Las Provincias, se pusieron en contacto por finales de 2016, en enero de 2017 grabaron el programa y se emitió en noviembre del 2019.

    El mexicano de Rota que intentó reflotar 'Pesadilla en la cocina', pero no pudo ser: un accidente doméstico obligó al dueño a vender

    "Desde octubre [de 2016] estuvieron enviando gente de la productora, en muchos casos se hacían pasar por clientes a escondidas, para ver que la situación que habíamos descrito se cumplía tal cual. Pudieron ver y certificar que somos así, tal cual se pudo ver en el programa", afirmó Mara, dueña de la taberna, al citado medio. Una entrega en la que se demostró la alegría de las dueñas, pero también la crítica situación por la que estaban pasando y se convirtió en el primer restaurante sin cocina que visitaba Chicote.

    Una de las escenas más comentadas por los espectadores de Pesadilla en la cocina fue cuando apareció una cucaracha en la comida. "Ese plato lo hice delante de Chicote y no había nada y al llegar al comensal aparece. Vale que en ese local teníamos cucarachas así, pero de cocina no salió. Chicote estaba delante", señaló Mara. Además, también declaró que "el programa está un poco direccionado" y que "nunca" se pondrían a bailar "durante el servicio y con clientes esperando". Si lo hizo fue porque se lo dijeron.

    En cuanto a Chicote, la dueña afirmó que no tuvieron casi contacto con él. "Él llega, sin saludar, graba y se va", pero que el trato con "el resto del equipo fue genial". Mara también destaca que con la persona que más habló fue con "el cocinero que hace los platos de la carta que se muestra en el programa: Alberto González Letón". De hecho, mientras realizaron la reforma del local, acudieron a una serie de clases teóricas de nuevas técnicas culinarias.

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    A pesar de esta ayuda, la Taberna Lolailo acabó cerrando sus puertas meses después de grabar el programa. ¿La razón? Una disputa entre los socios y que no terminaba de reflotar el restaurante.

    Un nuevo local, pero con el mismo espíritu que el 'Lolailo'

    Sin embargo, Mara decidió aprovechar este aprendizaje y abrir un nuevo negocio en Valencia. "No hemos cerrado. El espíritu y la alegría lo tenemos ahora en otro local", señaló a Las Provincias. Algo de lo que están contentos en el equipo de Pesadilla en la cocina porque, según ella, estaban "cansados de que todos los restaurantes por los que pasaban acabaran cerrando".

    Mara, su hija África y su prima Trinidad se embarcaron en esta nueva aventuras aprovechando los consejos del programa de laSexta. "Se ha notado el cambio después del concurso. Ahora cocinamos todo casero en La Marimorena Tasca", afirmó. La carta actual es "más o menos similar" a la que Chicote introdujo tras la reforma. Aquella decoración también se mantiene en la nueva vida del Lolailo, al igual que el chupito 'la mamadita'.

    Este local recibió muy buenas valoraciones entre los comensales, quienes quedaron sorprendidos con el ambiente y la cocina. No obstante, y según una reseña en Google, este local desde hace un año "ha cambiado de dueños, ahora lo llevan unos chinos".

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