"No pueden ser justificados, pero son seres humanos": Javier Bardem explica la escena final de 'Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez'
Georgina Izuzquiza
-Redactora
El cine de los '90 y 2000 ha marcado su vida. Aunque viva con pasión Disney, Harry Potter o El Señor de los Anillos, nunca dirá que no a 'Tienes un e-mail' o 'El gran Lebowski'

La historia de esta familia es todo un regalo para los amantes del 'true crimen'

Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez se ha mantenido en la lista de lo más visto en Netflix durante las últimas tres semanas. La miniserie creada por Ryan Murphy ocupa el primer puesto de las series más vistas en España, mientras que a nivel global se encuentra en segunda posición en el top del servicio de streaming. No es de extrañar, ya que desde su estreno el pasado 19 de septiembre, no existe otro tema de conversación entre los seriéfilos. La historia de esta familia disfuncional es tan terrorífica como desagradable, pero es todo un regalo para los amantes del true crimen.

La ficción cuenta con Javier Bardem en el papel de José Menéndez, un padre de familia de origen cubano que es asesinado por sus hijos en el año 1989. Este salvaje asesinato es el trama central de la serie, que profundiza en la historia y los motivos que llevaron a Erik y Lyle Menéndez a disparar a sus padres hasta la muerte. Sorprendentemente, la última escena de José y Kitty Menéndez (Chloë Sevigny) muestra una conversación desenfada en un barco, llenos de esperanza e ilusión por su futuro. Bardem ha explicado este inusual encuentro en una reciente entrevista: "No pueden ser justificados, pero son seres humanos".

Durante la gira promocional de la miniserie, Bardem ha explicado a Collider que todo lo que hace y dice José es consecuencia de sus traumas y de su experiencia en la infancia. En su opinión, José representa todo lo que debería ser "un hombre de verdad": alguien que no exhibe sus emociones, que no se permite sentir y que debe tratar de cierta manera tanto a los hombres como a las mujeres.

Creo que se trata de que el público, después de haber sido llevado a través de tantos aspectos de este matrimonio que tienen que ver con el dolor, el trauma y la falta de afecto, el abuso... no olvide que eran seres humanos, que en algún momento se quisieron y que lo intentaron, basándose en la forma en la que fueron criados, educados y, sobre todo, en la manera en la que lidiaron, o no, con sus propios traumas

"No se trata de justificar o excusar ningún comportamiento horrible, en absoluto, sino de entender que eran seres humanos, y creo que esa es la clave de la serie: los monstruos son personas", continúa. "Cuando ves ese aspecto del matrimonio, te quedas pasmado, no porque tengas que sentir lástima por ellos, sino porque entiendes que eso está mal. Está mal lo que hicieron y está mal lo que les hicieron a ellos".

La ficción creada por Murphy intenta exponer el material que existe sobre la vida de la familia Menéndez sin posicionarse. Mientras siempre se creyó que los hermanos Menéndez habían asesinado a sus padres para cobrar una cuantiosa herencia, ambos confesaron que lo hicieron tras haber vivido años de abuso verbal y sexual por parte de sus padres. Su padre, José, abusó sexualmente de ellos en repetidas ocasiones; mientras su madre, Kitty, miraba para otro lado y hacía que no tenía ni idea de lo que estaba pasando.

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Para Bardem, José es "un hombre que quedó traumatizado por su educación y por su familia. Eso tuvo un efecto terrible en sus propios hijos". Si quieres saber más sobre este asunto o juzgar el caso con tus propios ojos, echa un vistazo a Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez en el catálogo de Netflix.

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