Originalmente, la primera versión de Dune que llegara a nuestras pantallas no iba a ser la de David Lynch, sino, unos años antes, la de Arthur P. Jacobs, productor de las películas originales de El planeta de los simios. Se planteaba estrenarla en 1975, pero dos años antes, mientras planeaba cómo era posible llevarla a cabo, murió de un infarto y nunca más volvimos a saber de ella. Ese Dune se convirtió en la visión de Alejandro Jodorowsky en un título que hubiera durado 14 horas y, finalmente, tras pasar por las manos de Ridley Scott, cayó en las de Lynch. El resultado es, para bien o para mal, historia.
Te ves tan rica, esa carita y ese tattoo
Sin embargo, nadie esperaba que tantos años después pudiera llegar un cineasta visionario como Denis Villeneuve y hacer la versión definitiva de la novela de Frank Herbert. Dune y Dune 2 son un díptico prácticamente perfecto que han dado cientos de imágenes para el recuerdo, desde Paul montado en los gusanos de arena hasta Javier Bardem repitiendo "Lisan Al Gaib" (uno de los memes más maravillosos del año).
Sin embargo, hay una imagen de Dune cuya importancia es posible que se te pasara por alto, porque está escondida: se trata de ese momento en el que Paul Atreides ve en su visión a Jessica, que tiene la cara totalmente tatuada. Esos tatuajes, traducidos del idioma fremen, son la Letanía contra el miedo, es que dice “No debo tener miedo. El miedo mata la mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a através de mí. Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino. Allá donde haya pasado el miedo ya no habrá nada. Sólo estaré yo".
Se trata de las frases que, en el libro (y en la versión de Lynch), Paul se entona a sí mismo cuando llega el momento de meter la mano en la caja, después de haber sido entrenado durante años por su madre en el camino de las Bene Gesserit. Y claro, tiene un sentido especial. No en vano es el Lisan Al Gaib, ¿no?