En estas fechas se nos ocurren pocas historias tan tristes como la de Joyce Carol Vincent, una mujer londinense que en 2006 fue encontrada sin vida en el humilde apartamento del barrio de Wood Green en el que residía. La noticia de la muerte de Joyce, que tenía 38 años en el momento de su fallecimiento, resultó especialmente impactante: aunque su cuerpo fueron encontrados en enero de 2006, la mujer había fallecido más de dos años antes, en diciembre de 2003. Sus restos, ya óseos que no permitieron saber con certeza la causa de la muerte, estaban rodeados de regalos de Navidad.
Joyce murió envolviendo regalos de Navidad para sus seres queridos mientras veía la televisión, que todavía estaba encendida cuando la descubrieron, pero, durante todo ese tiempo, nadie había parecido reparar en su ausencia.
Profundamente impactada por la historia, que conoció a través de un periódico que encontró por casualidad, la directora Carol Morley se decidió a contar la historia de Joyce en un documental. Una película parcialmente dramatizada que permitiría contar la historia de una mujer cuya ausencia parecía no importarle a nadie.
El resultado fue Dreams of a Life, una película documental que vio la luz en 2011, tras cinco años de documentación e investigación por parte de Morley, quien logró contactar con amigos, conocidos, ex parejas y otras personas relacionadas con el caso para reconstruir la vida de Joyce y, al mismo tiempo, plasmar en pantalla una historia que aborda el tema de la soledad y cómo la pérdida de contacto con la sociedad pudo derivar en una situación tan extrema como que la muerte de un ser querido pasase desapercibido durante casi tres años.
Según reconstruye el documental, Joyce, que residía en una vivienda de acogida como mujer víctima de maltrato, se había alejado de su familia hacía tiempo y esa fue la razón por la que no la estaban buscando. Según contaría Morley en una entrevista a Time Out, su familia, que no quiso participar en el documental pero con la que estuvo en contacto estrecho y a la que enseñó el documental antes de su estreno, le explicó que al principio la buscaron activamente, sin éxito. "Contrataron a un detective privado para intentar encontrarla, pero dijeron que yo hice un mejor trabajo. Pensaban que Joyce se había desconectado de ellos".
"Podría pasarnos a todos", reflexionaría la directora sobre el perfil de Vincent, una mujer que nadie pensaría que pudiera acabar su vida en un contexto tan triste. "Creo que uno hace suposiciones rápidas sobre la gente, pero ella había vivido experiencias emocionantes, como salir con Stevie Wonder una noche. [...] Pero compartimentó su vida. Tenía un grupo de amigos aquí, un grupo de amigos allá. Y hacia el final fue diferente. Empezó a inventarse amistades que no existían y a fingir que seguía trabajando en la ciudad".
Descrito por The Guardian como "empático, valiente, inteligente e inquietante" y reconocido por The Telegraph como "un homenaje" a Vincent, el documental también fue objeto de cierta controversia por cómo la directora representó la parte ficcionalizada en su documental, en la que Joyce es interpretada por la actriz Zawe Ashton. No obstante, en su mayoría todo fueron críticas positivas.
Dreams of a life no está disponible para su visionado en ninguna plataforma de 'streaming', pero sí puede verse de forma gratuita en el sitio web Watchdocumentaries.com, dedicado a la difusión de documentales.