La mayoría de los escenarios de Del revés (Inside Out) son lugares imaginarios que no existen en el mundo real. Pete Docter y su equipo creativo imaginaron escenarios con formas y curvas imposibles, que consiguieran crear sitios que nada tienen que ver con la realidad. Aún así, otra pequeña parte de la película ha sido ambientada en emplazamientos reales de Minessota y San Francisco, como el lago helado que aparece en la película o las calles por las que pasea la famila de Riley.
"Queriamos hacer una mezcla de la realidad y de cómo la gente piensa que es vivir allí" explicaba Jonas Rivera, a lo que el director añadía: "Era como una casa de muñecas por ordenador, mientras lo creabamos pensabamos como si estuvieramos grabando con cámaras de verdad".