3. La segunda cinta fue más compleja que la primera, algo que queda claro al ver la diferencia de presupuesto entre ambas -1.2 millones la primera y 4 la segunda-. Para realizar esta secuela necesitaron más de 120.000 agujas para llenar el hoyo y así torturar a Amanda y el resto de protagonistas. Necesitaron cuatro personas y cuatro días para poner plástico y puntas de fibra óptica en las jeringuillas para hacerlas seguras. Además añadieron gelatina y agua al hoyo para que resultase más fácil moverse dentro.
La octava entrega de la saga de películas de terror más famosa comenzará a rodarse el próximo otoño, pero ¿conoces todos estos secretos de las anteriores cintas?