Escape Room llega a los cines españoles este viernes 15 de marzo. La cinta cuenta la historia de Zoey Davis (Taylor Russell McKenzie), Ben Miller (Logan Miller), Amanda Harper (Deborah Ann Woll), Jason Walker (Jay Ellis), Mike Nolan (Tyler Labine) y Danny Khan (Nik Dodani), seis desconocidos que reciben una invitación a una de estas salas temáticas. La gran diferencia consiste en que, en esta ocasión, si no resuelven los enigmas de todas y cada una de las habitaciones, los participantes morirán.
Como si de un juego se tratara, Adam Robitel (The Taking) ejerce como el 'game-master' del mismo. SensaCine ha tenido la oportunidad de hablar con el director sobre la influencia que el terror ha tenido en su vida, cómo sobreviviría a un reto de este calibre y todos los secretos que esconde la película... al otro lado de la cerradura. ¿Te atreves a afrontar el desafío?
El comienzo del reto
Adam Robitel no era un gran aficionado de este tipo de habitaciones. De hecho, hasta que no llegó el guion a sus manos, el director no tuvo verdadera curiosidad por este tipo de actividades. "No había participado en ninguna 'escape room' hasta entonces, pero la posibilidad de crear un concepto diferente y totalmente nuevo de este fenómeno fue lo que me hizo aceptar la oferta del estudio", nos reconoce desde el otro lado del teléfono. Lo cierto es que el terror no es algo desconocido para un Robitel que ha puesto su semilla en dos de las sagas más populares del género: Insidious y Paranormal Activity. Sin embargo, Escape Room es diferente al resto de los títulos en los que ha participado.
Insidious’ es una saga que ya tenía un universo establecido, así que mi misión era continuar con el trabajo que había comenzado James [Wan]. Con 'Escape Room', tenía un lienzo en blanco en el que podía dibujar mi propia creación, con la idea firme de que cada habitación fuera una experiencia visual única
El cineasta no considera esta cinta como "la típica película de terror" que busca asustar al gran público con variaciones del volumen sonoro o con un gran trabajo en maquillaje, sino que procura que los momentos sorprendentes e impactantes sean la base del filme. "No nos centramos en mostrar cuerpos destrozados, sino que la propia habitación fuera el centro de la experiencia".
"Vamos a jugar a un juego"
A pesar de esto, a veces puede parecer inevitable relacionar proyectos del mismo género entre sí. A la hora de ver la cinta, te pueden venir dos títulos a la cabeza: Saw II y Saw VI. En el caso de la primera, también dirigida por James Wan, el elemento común es sencillo: una única localización. En ambos largometrajes, un grupo de desconocidos debe tratar de trabajar, codo con codo, para tratar de sobrevivir en un único inmueble a las pruebas creadas por un individuo. Por otro lado, la semejanza con la sexta entrega de la saga de Jigsaw (Tobin Bell) reside en las diferentes salas que debe cruzar el agente Hoffman (Costas Mandylor) si quiere volver a ver la luz del día.
Toda comparación es fruto de la casualidad. El realizador se ha sentido halagado por la comparación con el trabajo de Wan, pero ha reconocido que solo ha visto la primera de las ocho entregas que componen la franquicia y que, además, su objetivo era distinto. Mientras el responsable de Saw se centraba en el gore que caracteriza estos proyectos, Robitel quería destacar a las verdaderas protagonistas de su trabajo: las diferentes habitaciones a las que se 'enfrentan' los participantes de este reto mortal.
No me las imaginaba como un elemento de tortura que fuera a acabar con la vida de alguien, sino que prefería centrarme en el reto mental que podía suponer llegar a superarlas todas. Quería que la gente se llegara a preguntar lo grande que podía llegar a ser este puzle; incluso que llegaran a pensar sobre todos los retos de este tipo que podía haber en el mundo real
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