Que nos pasamos la vida delante de las pantallas no es nada nuevo y la sobrexposición de los niños se ha convertido en una preocupación recurrente entre los padres en los últimos tiempos, pero no muchas veces nos paramos a pensar en lo que supone realmente para nuestra vista el uso prolongado de las mismas a lo largo de todo el día. Un día detrás de otro, durante semanas, meses y años. Y saltando de pantalla a pantalla de forma constante, puesto que la sobreexposición va mucho más alla del uso del del ordenador durante una jornada laboral (en caso de que trabajes con uno): Hay que sumarle la televisión, las tablets y especialemente los móviles, que los miramos de forma constante durante todo el día.
Sabemos que no hemos descubierto el petróleo afirmando que el uso constante de pantallas es algo negativo para nuestra vista, pero la realidad es que resulta realmente alarmante conocer los efectos de esos maratones de series o películas que ya hemos normalizado por completo dando por sentado que vamos a ver la nueva serie de Netflix en un fin de semana o aprovechando cualquier momento o lugar para ver lo que nos gusta, aunque eso suponga verlo en el móvil y leyendo unos subtítulos pequeñísimos.
Nos estamos reventando la vista con las pantallas.
Lo que ocurre cuando estamos visibilizando pantallas y es la base de toda la sintomatología que viene después, es que parpademos menos
Nos lo explica Alberto Ollero, oftálmólogo especialista en superficie ocular y tratamiento del ojo seco. "Si estuviéramos en una cafetería tú y yo hablando podríamos parpadear, de media, 15 veces por minuto. Si nos ponemos a escribir, la tasa de parpadeos escribiendo baja a diez. Pero si visualizamos en la pantalla, la tasa de parpadeo baja a 7, menos de la mitad de lo que se parpadea hablando cara a cara". Y además, cuando parpadeamos, resulta que lo hacemos mal: "Se ha demostrado que muchos de los parpadeos que hacemos cuando vemos pantallas, estás viendo una serie de Netflix, de HBO o lo que quieras, es que muchos de esos parpadeos son incompletos. Los párpados superior e inferior no se pegan".
Y lo que ocurre cuando parpadeamos menos, es que acaba produciendo esa sequedad ocular que puede acabar siendo realmente problemática si no lo paramos a tiempo. Al no parpadear, según nos explica Ollero, "la lágrima se evapora mucho más porque está más expuesta y eso produce la sequedad". No son los únicos efectos negativos a nivel físico: dolor de cabeza, dolores cervicales debidos a la posición ósea, el síndrome del túnel carpiano asociado al ratón... "Incluso alteraciones del sueño, dermatitis seborreica, alteraciones psicológicas... Hay mucha sintomatología y es debido sobre todo a dos cosas: una, que parpadeamos menos y luego el tiempo de exposición", advierte Ollero.
Las pantallas tienen el don de la ubicuidad. Puedes estar viendo una en cualquier sitio
"En la pandemia se llegaba a estar delante de pantallas hasta 14 horas al día, que es un alucine, pero es que el tema que tienen las pantallas es el don de la ubicuidad, es decir, tú puedes tener una pantalla en cualquier sitio. Puedes estar viendo la serie en casa, pero te enganchas tanto que luego vas a una cafetería y, mientras esperas a que venga la persona con la que quedaste, sigues visualizando la serie en el teléfono. Se puede alcanzar un número de horas muy grande. Y el resultado es la disminución del parpadeo y la evaporación de la película lagrimal, la que produce los síntomas".
No es ninguna tontería, porque aunque los síntomas que experimentamos son leves y se pasan con descanso, "mantenido en el tiempo, puede dar problemas que sean crónicos, como el ojo seco crónico que, sin ser una patología grave, puede llegar a ser muy invalidante", advierte Ollero. "Veo casos, en gente joven de 30 o 40 y años, que a partir de las 20:00 h. de la noche ya no pueden leer porque no aguantan el picor. La sensación de arenillas en los ojos. O sea que sin ser grave, es tremendamente invalidante".
La regla del 20-20-20, el tamaño importa y otros consejos para proteger la vista
"Hay que intentar, lógicamente, hacerle ver a la gente que no puede estar tantas horas", asegura Ollero al tiempo que se muestra completamente consciente de cómo ha evolucionado la forma en la que consumimos ficción y que ya no vemos series a la antigua usanza. Con un episodio semanal que era el que emitía la cadena de turno. "Ahora te descargas en 30 segundos ocho temporadas y las quieres ver en un fin de semana".
"Ahí la única forma de evitar los síntomas o la patología son dos opciones: o disminuir el tiempo de uso, que es lo que se aconseja, o hacer es tener descansos" Y ahí, es donde entra la regla 20-20-20. "Cada 20 minutos, 20 segundos mirando alguna imagen o algún objeto que esté a 20 pies, que son seis metros. ¿Y por qué? Porque el ojo deja de acomodar y de converger, que es el esfuerzo que haces para enfocar cuando el objeto está a seis metros. Y esa regla 20-20.20 te la puedes aplicar pues cada 20 minutos, cada 30 o cada hora, pero hay que hacer esos descansos cada cierto tiempo".
Otra medida aconsejada está directamente relacionada con el tamaño del dispositivo, que como asegura Alberto Ollero, sí importa:
Es mejor ver una serie en un iPad que en un iPhone. Es mejor ver una serie en un portátil que con un iPad. Y sería mejor ver una serie en una pantalla XXL que en un portátil. O sea que ahí el tamaño importa
Y, por supuesto, advierte, también importa mucho el tamaño de la fuente. "Si estás viendo una película subtitulada, el tamaño de la fuente tiene que ser grande y también es importante el contraste, que siempre es mejor blanco sobre fondo negro o negro sobre fondo blanco que cualquier otro tipo", señala Ollero. "Y además, si tienes sequedad ocular, por supuesto usar lágrima artificial y, si es posible, si quieres ver una serie durante mucho rato y estás en casa y usas lentes de contacto, pues quitarte las lentes de contacto y usar gafas. Infinitamente mejor visualizar una maratón de estas de una serie con gafas que con lentillas".
También nos habla Alberto Ollero del grado higrométrico, que es la humedad que hay en el ambiente. En 48, o 55 se considera que es muy bueno y las personas con sequedad van a sentirse cómodas, pero, si bajan a 35, pueden producirse los síntomas de la sequedad ocular. Medirlo en casa es sencillo con cualquier medidor que puedes comprar y, si el grado higrométrico está por debajo de lo deseado, basta con encender el humidificador para mejorar el ambiente y disminuir los síntomas de ojo seco.
Una serie de consejos que mejoran el escenario, pero siempre detrás de un mensaje más importante: cuanto menor sea la exposición mejor.
