Si hablamos de series de comedia tenemos que hablar, indudablemente, de The Office, la reina madre del humor televisivo. La serie protagonizada por Steve Carell entre 2005 y 2013 es una joya que, sin embargo, cuenta con un bache para poder disfrutarla: su primera temporada. Sus seis primeros episodios no hacen justicia a lo que empieza a desarrollarse justo después y han provocado que más de uno -y más de dos- haya decidido abandonarla demasiado pronto. Mala decisión, pues se han perdido la mejor serie de comedia que existe.
Hay quien podría decir que la mejor comedia que existe son Los Simpson-es la que aparece en la mayoría de rankings-, pero la obra de Matt Groening transciende el humor y, más allá de grandes escenas que todos recordamos, su valor reside en su visión crítica de la sociedad, más que en el puro entretenimiento. Aquí es donde gana The Office, cuya única función es hacer reír a carcajada limpia al espectador.
Además, es inevitable señalar que The Office cerró su historia después de 7 temporadas brillantes y 2 bastante buenas -la salida de Steve Carell pesó mucho-, mientras que hace tiempo que Los Simpson se han ido apagando lentamente. Aún hay quien reivindica las nuevas temporadas, y con toda la razón, pero el impacto de The Office se mantuvo a lo largo de toda su trayectoria y el de Los Simpson se ha desvanecido con los años.
Dicho esto que creía necesario aclarar por lo que fuera, The Office es una mezcla perfecta de personajes entrañables y situaciones surrealistas. El creador, Greg Daniels, se apoya al 100% en sus protagonistas, lo que requiere que cada uno de ellos sea especial, único y que conecte con el espectador. Suena a algo básico, pero es que Daniels lo consigue con la veintena de miembros que componen el reparto, algo nada sencillo.
Es imposible no encontrar algo encantador en la rareza de Dwight (Rainn Wilson), la antipatía de Angela (Angela Kinsey), la torpeza de Kevin (Brian Baumgartner), la candidez de Oscar (Oscar Nuñez) y, por supuesto, la fascinante historia de amor de Pam (Jenna Fischer) y Jim (John Krasinski). Por encima de todo eso, el magnífico Michael Scott, el perfecto jefe al que odiar pero sin el que no puedes vivir. Steve Carell es el alma de la serie y uno de los elementos clave de su éxito.
Consigue pasar de sus 6 primeros episodios y serás recompensado
The Office es un 'mockumentary' -un documental falso- que cuenta el día a día de los trabajadores de Dunder Mifflin, una empresa ficticia especializada en la venta de papel. Desarrollada por Greg Daniels -veterano de Saturday Night Live y Los Simpson-, adapta la comedia británica de Ricky Gervais y Stephen Merchant de mismo nombre. De hecho, el piloto es una adaptación directa de la serie original, ya que Daniels consideraba que comenzar completamente de cero habría sido demasiado arresgado.
La británica se compone de dos temporadas de seis episodios cada una que, curiosamente, fue cancelada por bajos niveles de audiencia, pero ha terminado siendo una de las comedias británicas más exportadas de la historia. Su carácter es mucho más rudo que la estadounidense, con un jefe de equipo, David Brent (Gervais), mucho más desagradable que el entrañable Michael Scott. Como la primera temporada de The Office (EEUU) bebe directamente de la británica, su sentido del humor no está tan afilado, pero pronto encontró su rumbo.
La primera temporada recibió valoraciones de todo tipo, pero fundamentalmente mediocres. Tras este recibimiento, el creador decidió darle un toque más optimista y convertir a Michael Scott en un personaje más amable. De este modo, se alejó del carácter puramente británico del material original y dio con la clave del éxito. Mucha gente se quedó en los primeros episodios de la serie -los peores- y se ha perdido una joya televisiva.