El próximo 15 de enero se estrena en todo el mundo en HBO Max el primer episodio de The Last Of Us, una de las series más esperadas de los últimos tiempos, adaptación de uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos. Por si no te suena de nada, The Last of Us presenta un futuro devastado por una terrible infección que provoca que los humanos pierdan su capacidad de razonar y se conviertan en mutantes con ansias de carne humana.
Somete los músculos de la víctima para propagar la infección
Dicha infección tiene por nombre Cordyceps Brain Infection (CBI) y, por si no lo sabías, está basada en un virus real que existe. Y es igual de espeluznante que como lo pintan en el videojuego y su genial secuela. En la vida real, el Cordyceps es un género de hongo que abarca más de 400 especies. Una de ellas se encuentra en China y se llama Ophiocordyceps sinensis o, como la conocen en su casa a la hora de comer, ‘Hongo oruga’. Este hongo está relacionado, de algún modo, con la resistencia sexual. Y, evidentemente, no es del que se habla en The Last Of Us, porque entonces sería un videojuego muy diferente.
El Ophiocordyceps unilateralis, también de China, infecta específicamente a las hormigas carpinteras. El hongo se introduce en su cuerpo y controla sus músculos. Antes de morir, la hormiga infectada muerde una hoja o rama y colgará inmóvil, liberando esporas que caen sobre las víctimas, infectándose a su vez. Por esto mismo, a este Cordyceps se le conoce como ‘Hongo zombi’ y es el que inspiró a los desarrolladores de Naughty Dog para crear la mítica saga.
El trabajo de documentación de Naughty Dog para la traslación del virus a su universo es brillante. O al menos eso se deduce de las palabras vertidas por David Hughes, profesor de entomología y biología de la Facultad de Ciencias Agrícolas de Penn State. En una entrevista al medio Inverse, Hugues declaró que “Los desarrolladores hicieron un trabajo fenomenal”.
Aunque claro, no todo es infalible: en realidad, el hongo zombi no afecta al cerebro del infectado, al revés, lo preserva hasta su muerte. Mientras que en el juego el virus pasa por varias etapas, privándole de raciocinio, primero, y luego de algunos sentidos de manera progresiva, el hongo zombi actúa de manera diferente. En 2017, una investigación llevada a cabo por el propio Hughes demostraba que el hongo se para antes de llegar al cerebro de la hormiga. Este se pega al cuerpo como una espora, abriéndose camino desde el exterior al interior en un plazo de un día. Una vez dentro, comienza a tejer una red de hongos: en el pico de la infección, alrededor del 50 % del cuerpo de la hormiga se compone de hongos. Dichos hongos liberan neuromoduladores: mantienen el cerebro intacto y el resto del cuerpo está a su merced.
Así que sí, el virus existe, aunque de momento ataca más a las hormigas que a los seres humanos. Quién sabe si en un futuro tendremos que estar alerta y acabaremos confinados porque las calles están llenas de hongos humanos, abriéndose paso y acabando con la humanidad. Primero fue el Coronavirus… ¿Luego?