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    Netflix ha cometido dos fallos garrafales en su estrategia para no compartir cuentas, pero tu queja no tiene razón
    Sara Heredia
    Sara Heredia
    -Redactora jefe SensaCine
    Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

    La compañía ha puesto el fin a las cuentas compartidas para aumentar el número de suscriptores. Posiblemente no le salga bien, pero es lo justo.

    Posiblemente ya te has enterado de que Netflix ha puesto el fin a las cuentas compartidas. La compañía ya ha tomado medidas para que esos 100 millones de personas en todo el mundo que consumían sus contenidos sin pagar dejen de hacerlo. Su objetivo es aumentar el número de suscriptores y, aunque posiblemente no lo consigan, eso no invalida la verdad: que tienen razón.

    Como era de esperar, la gente no se ha callado. "Netflix y Twitter compitiendo por ver quién arruina más su servicio", dice un usuario en Twitter, poniendo voz a lo más comentado en redes sociales. Otro mensaje alude a lo que todos pensamos que va a pasar a continuación: "Netflix y twitter intentando que paguemos más sin caer en que somos unas pobres ratas criadas a base de torrents, zumbidos de messenger y perdidas".

    No, nadie está contento por que la compañía les obligue a pagar, pero es que no podía ser de otra manera. La realidad es que al compartir cuenta estábamos robando contenido y Netflix tiene todo el derecho a cambiar eso. Es como si compraras una entrada de cine y, al terminar de ver una película, corrieras para meterte en otra sala a ver algo por lo que no has pagado. O si vas a un festival y das tu pulsera a un amigo para que pueda entrar él también.

    La compañía ha apostado por una opción arriesgada, sabiendo que iba a colocarse a todos en contra pero, ¿y si al final le sale bien?

    Cuánto sube de precio tu cuenta de Netflix con los nuevos cambios de la plataforma

    El mismo revuelo que cuando cerraron Series.ly

    Todo esto me recuerda a lo mismo que vivimos cuando implantaron la Ley Sinde y, años después, cuando cerraron Series.ly. En 2010 se produjo la movilización contra la 'Ley Sinde', la que en su día fue la movilización en internet con mayor depliegue mediático en España. Mientras el Gobierno quería acabar con las infracciones contra la propiedad intelectual en internet, la sociedad se lo tomó como una amenaza a sus derechos fundamentales, tales como la libertad de expresión o la presunción de inocencia.

    El 70% de las páginas de Internet en España se adhirieron al Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en la red y sirvió como germen del 15M. Dejando a un lado la parte más política, donde realmente afectó esta medida fue en las descargas ilegales. Desde ese momento se volvió muy complicado descargar contenido ilegal y, tras la llegada de Netflix a España en 2015, más o menos nos olvidamos del pirateo.

    Ahora vuelve a estar en el centro de la conversación. Como Netflix quiere que paguemos más, son muchos los que han dado un golpe sobre la mesa y se han despedido de Netflix. Hay mucho enfado, al igual que cuando Seriesly echó el cierre, pero el tiempo pone las cosas en su lugar y quizás Netflix termine ganando a largo plazo. Ahora, tiene varias cosas que cambiar.

    Por cierto -y solo para cerrar la info-, los creadores de Series.ly fueron absueltos 7 años después y una sentencia determinó que alojar enlaces no era delito.

    Si estás pensando quitarte Netflix, aquí tienes las condiciones de sus alternativas
    Netflix

    Los dos fallos garrafales de Netflix

    Mientras el movimiento de Netflix es legítimo y lógico, lo que realmente descuadra es cómo lo han llevado a cabo. O, más bien, las condiciones que han decidido implantar, las cuales hacen que nos planteemos: ¿realmente están al tanto del mercado en el que se mueven?

    Como ya sabrás, si antes compartías cuenta y ahora quieres mantener tu perfil, tienes que pagar 6€ al mes al dueño de la 'cuenta hogar' -la que se establece como la original-. Esta opción está solo disponible en los planes Estándar y Premium, no en los Básico y mucho menos en el Básico con anuncios. Y aquí están los dos grandes fallos: el precio por la cuota es abusivo y debería ser una opción presente en todos los planes.

    En las pruebas que estaban llevando a cabo en Latinoamérica, las subcuenta rondaban los 2€, un precio mucho más asequible. La compañía, sin embargo, ha acercado el precio de la subcuenta al del Plan Básico con la intención de que los usuarios prefieran tener su propia cuenta antes que colgar de otra persona. Por otro lado, si quieres tener una subcuenta obligas a la 'cuenta hogar' a tener un Plan Estándar o Premium, por lo que seguramente tenga que pagar aún más por la suscripción. A priori, pinta mal.

    El tiempo dirá si el público es tan fiel como imaginan o si prefiere tirar a otras plataformas de 'streaming'. Y la competencia es feroz.

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