Todas las veces que nos enamoramos se estrenó el pasado 14 de febrero, el día de los enamorados, y ha día de hoy aún sigue en el puesto 1 de lo más visto de Netflix. La serie creada por Carlos Montero y protagonizada por Georgina Amorós y Franco Masini se centra principalmente en la historia de amor entre Irene y Julio.
La trama se ambienta en el 2000 con Irene empezando una nueva vida en Madrid para conseguir a convertirse en directora de cine. Allí comenzará a realizar nuevos amigos, entre ellos Julio con el que siente una conexión especial desde el primer día que le conoce.
En los ocho episodios que consta la primera temporada, vemos cómo estos dos juegan a un tira y afloja sobre su relación, que podría resolverse fácilmente con una buena comunicación o unas palabras en el momento adecuado. Sinceramente, me pareció bastante enrevesado esos momentos en los que casi uno se sincera con el otro o que rozan la posible relación
Además, su final hace énfasis de nuevo en ello al más puro estilo La decisión de Sophie. Pero no son los únicos de los que conocemos su historia. También entra a juego los compañeros de piso y amigos de Irene como son Da (Carlos González) y Jimena (Blanca Martínez). Algunas veces, me sentía bastante abrumado por la cantidad de coincidencias y situaciones que se originan en los ocho episodios que consta esta primera temporada y en cuántas personas se involucran en la relación entre Irene y Julio.
Por esta razón creo que Normal People consiguió mucho mejor reflejar esa idea de 'todas las veces que nos enamoramos'. Basada en la novela de Sally Rooney, la serie está protagonizada por Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal en el papel de Marianne y Connell, respectivamente. A lo largo de sus 12 episodios, vemos cómo ambos se enamoran y se separan a medida que pasan los años.
Se separan y rehacen sus vidas, pero se vuelven a encontrar y a encenderse esa chispa que tuvieron desde el primer momento. Y así consecutivamente y con un factor en común: poder decir lo que sienten del uno y al otro y ver que en realidad piensan igual y no dar lugar a los malentendidos.
Porque vamos conociendo los puntos de perspectivas de cada uno. Uno de los momentos que más recuerdo al haber visto la serie les involucra en una escena en la que Connell espera que Marianne diga que vaya a más la relación, mientras que Marianne espera lo mismo de él. Lo mejor es su final. Un final cerrado que da a pie a la imaginación del espectador a cómo seguiría la relación entre ellos.
Por si fuera poco, Paul Mescal ha sido nominado recientemente al Oscar a Mejor Actor por Aftersun, película aclamada por la crítica en la que interpreta a Calum, un padre que intenta conectar de nuevo con su hija Sophie. Puedes ver el tráiler a continuación: