El actor Sam Neill es conocido principalmente por su papel del inolvidable profesor Alan Grant en Jurassic Park, pero el carismático protagonista de la famosa película de Steven Spielberg participó también en una de las series más queridas y populares de los últimos tiempos: la británica Peaky Blinders de Steven Knight, en la que participó en las dos primeras temporadas.
Neill, quien recientemente ha revelado que padece cáncer en la sangre, ha hablado sobre su trayectoria como intérprete en sus recién publicadas memorias, pero, además de revelar detalles desconocidos detrás de las cámaras de su más famosa película, el intérprete también se ha referido a la ficción protagonizada por por Cillian Murphy y específicamente a una de las escenas más díficiles perturbadoras que ha tenido que rodar a lo largo de larga trayectoria. En concreto una escena de violación que rodó junto a su compañera de reparto Helen McCrory, fallecida en abril de 2021.
El actor interpretaba en Peaky Blinders a Chester Campbell, primero un inspector de la Real Policía Irlandesa contratado por Winston Churchill para localizar y recuperar el envío perdido de armas de la fábrica armamentística de Birmingham y, posteriormente, ya en la segunda temporada, un cargo superior. Principal azote de los Shelby en las dos primeras temporadas, en la segunda entrega Campbell agredía sexualmente a Polly Gray (McCrory), a quien previamente comenzaba extorsionando a cambio de favores sexuales a cambio de un trato de favor y hacia su hijo y a quien posteriormente acababa violando. Una escena cuyo rodaje no ha sido olvidado por Neill y a la que se refiere como la más complicada de su carrera.
Con mucho, la escena de cama más dura que he hecho fue en Peaky Blinders. Mi personaje, el horrible Major Campbell, viola a la tía Polly, interpretada por Helen McCrory. Es profundamente perturbadora, y estaba nervioso por saber cómo íbamos a hacerla
"Por un lado, esto representaba una situación, un crimen, completamente más allá de mi imaginación… Cuando lo rodamos, conocía muy bien a Helen. Nos parecían divertidas las mismas cosas, la respetaba profundamente y creo que ella sentía lo mismo por mí. Pasamos toda una mañana rodando esta escena horrible, horrible", recuerda el actor.
En última instancia, esta amistad entre Sam Neill y Helen McCrory les ayudó a sacar la escena de la violación en el quinto episodio de la temporada 2 de Peaky Blinders con un poco más de facilidad. "Al final, nos llevamos muy bien. Cuanto más atroz era el comportamiento, más hilaridad. Cuanto peor estaba, más nos reíamos. La confianza estaba allí, lo que nos permitió llegar a los extremos. Helen McCrory fue una de las mejores personas con quien he trabajado. Una gran actriz y buena persona".
De hecho, Neill, quien asegura estar al tanto de la importancia de la figura del coordinador de intimidad en los sets de rodaje, se atreve a asegurar que, a lo largo de su carrera, nunca se ha producido un momento incómodo. "Estoy seguro de que sueno como el dinosaurio que soy pero, después de más de cuarenta años haciendo las cosas así, puedo poner mi mano sobre mi corazón y decir que estoy seguro de que ninguno de nosotros, yo y con quienquiera que haya estado en la cama, alguna vez se ha sentido incómodo en una escena de cama. Solo ha sido una cuestión de comportarse como un ser humano civilizado, asegurarse de ser amigos y pasar el día lo mejor que se pueda. Son las cosas más incómodas de hacer pero, nunca se sabe, incluso pueden ser divertidas”.
Sam Neill interpretó al comandante Chester Campbell durante doce episodios en las dos primeras temporadas de Peaky Blinders y se despidió del personaje tras su asesinato a manos de la propia Polly Gray. En sus memorias, el actor también ha hablado sobre su experiencia interpretando a personas malas tanto en la gran como en la pequeña pantalla: "Nunca he tenido miedo de interpretar a los malos. Creo que son divertidos. Y, ya sabes, todos los malos tienen sus motivos. Están dañados. Algo les ha pasado", reflexiona Neill. "Cuando tuve que interpretar al Mayor Campbell en Peaky Blinders, lo imaginé creciendo como hijo único en una lúgubre rectoría en Ulster, un niño sin madre, golpeado todos los días por un hombre brutal con un collar de perro".
