No cabía esperar otra cosa del penúltimo episodio de la temporada 3 de The Mandalorian que, aunque se ha hecho esperar, ha pasado como un suspiro. La semana que viene, el próximo miércoles 19 de abril, nos despediremos de la serie estrella de Disney+ hasta nuevo aviso y, una vez allanado el camino en 'Los Espías' (3x07), el 'hype' no puede estar por las nubes.
No escondo que llevo hablando de mis más altos niveles de 'hype' desde que la nueva entrega superó aquel primer episodio de situación el pasado 1 de marzo, pero es que esta tercera temporada de The Mandalorian, aunque soy consciente de que los fans no están tan a tope con ela como en sus anteriores entregas, la estoy disfrutando como una niña pequeña. Y es que, aunque mirando el conjunto con perspectiva resulta un poco montaña rusa con sus altos y sus bajos, Dave Filoni y Jon Favreau lo han bordado en una misión que, autoimpuesta, no era nada sencilla.
Tras un primer episodio resumen que sirvió para situar a los espectadores en el nuevo escenario dos años después del final de la temporada 2, la tercera entrega de la serie ha invertido varias semanas en sembrar diferentes semillas, poco a poco y con buena letra, de cada uno de los frentes en juego: por un lado, las tareas pendientes de Din Djarin y la posterior reunificación mandaloriana que no ha sido nada fácil, y, por otro, la organización en la sombra para el renacimiento del imperio y la amenaza aún latente de Moff Gideon (Giancarlo Esposito). Y la revelación de la existencia del Mythosaurio, claro.
Y ahora, por fin, en el séptimo episodio, todo eso ha acabado convergiendo en un capítulo al que no le ha faltado de nada. El encargado de dirigirlo ha sido el productor de la serie Rick Famuyiwa, que ya dirigió episodios para la primera y la segunda entrega y que, en esta temporada, tras dirigir el primero, se ha encargado de la recta final al completo y también capitaneará el final.
"Larga vida al imperio"
Miedo nos da, pero es la escalofriante frase que pronuncia Moff Gideon en su visita al Consejo de la Sombra, poco después de confirmarse lo que ya sabíamos, en un breve encuentro con su secuaz Elia Kane: el villano sigue con vida y operando en la oscuridad junto a otros tantos ex dirigentes del imperio pero con una independencia que incluso también inquieta a los suyos, entre quienes se encuentran, dicho sea de paso, Brendol Hux (Brian Gleeson), padre del general Hux de la Primera Orden y Gilad Pellaeon de Star Wars Rebels, aunque ahora en su versión de acción real.
Con la llegada del Gran Almirante Thrawn en el horizonte como principal objetivo de las fuerzas imperiales, Gideon tiene su propia agenda, que no descubrimos hasta la recta final del capítulo, pero que antes pasa por acabar con la Gran Purga mandaloriana que en su día dejó inacabada cuando algunos de ellos lograron escapar.
Pero antes de llegar a ese momento, 'Los Espías' invierte un buen puñado de minutos en hacer efectiva la reunificación mandaloriana y llevarla hasta Mandalore, e incluso para regalarnos uno de los momentos más divertidos protagonizados por Grogu. Mientras buscan la fragua, el enorme monstruo que se creía extinto emerge de bajo la tierra haciéndoles huir de allí, lo que les acaba llevando directamente hasta el escondite de Gideon.
Allí, el malvado ha estado construyendo un nuevo traje de soldado imperial irrompible con beskar y no duda en compartir con orgullo sus planes frente a Din Djarin: "Toda sociedad tiene algo que ofrecer. Los clonadores. Los jedis. Incluso los mandalorianos. Fusionando lo mejor de cada casa, crearé un ejército que traerá el orden a la galaxia".
Tras capturar a Mando y dar la orden de terminar con el resto de mandalorianos, el episodio termina con una épica escena de lucha y un 'cliffhanger' en el que Paz Vizzla se sacrifica con heroicidad que no puede habernos dejado con más ganas para el episodio final.
Esta semana de espera promete ser larga.
