A nadie le puede pillar por sorpresa si decimos que Goku no es precisamente el mejor padre del mundo. Más bien de los peores, para ser honestos. Y es que no solo falta en casa todo el rato (normal, cuando te estás muriendo cada poco tiempo), sino que, como se desveló en Dragon Ball Z, ni siquiera había besado a su mujer, Chichi. Bueno, esto es confuso por muchas otras razones, pero puede ser la puntada final de Akira Toriyama a un personaje que odia y que, por algún motivo, se obligó a introducir, sí o sí, en cada episodio de Dragon Ball.
Vamos sin afán
Capítulo 11 de Dragon Ball: Chichi hace su primera aparición matando a un dinosaurio con la cuchilla de su casco. No pasaría mucho tiempo antes de prometerse en matrimonio con un Goku que no tenía ni idea de lo que estaba pasando (para variar). De hecho, cuando se olvidó del compromiso tuvo que pelear con ella en el Torneo de las Artes Marciales. Se casaron, se convirtió en uno de los personajes más aborrecidos de todo Dragon Ball Z y eso es todo, ¿no?
Bueno, no exactamente: durante varios episodios no se supo absolutamente nada de ella. No fue casualidad ni olvido. El propio Toriyama declaró en una entrevista que no le gustaba nada el personaje: "Para ser honestos, no me gusta Chichi como personaje. A mediados del cómic empecé a pensar 'No quiero dibujarla nunca más' y, como una manera de escupirme a mí mismo, decidí, 'Tendrás que dibujarla si se casa con Goku, ¡así que cásalos!'. Así que la dibujé como una especie de castigo".
Lo cierto es que Vegeta tiene una relación con Bulma basada en el amor muchísimo más normal que la de Goku y Chichi, que aún ahora es un misterio incluso para los fans más acérrimos de la franquicia. ¿Algún día les veremos dándose un beso y considerándose algo más que simples camaradas? Ojalá.