Si eres un amante de la ciencia ficción es bastante posible que fuese una de tus series de cabecera durante un tiempo y la recuerdes al dedillo, pero, con el paso del tiempo, la realidad es que Fringe, el querido título creado por J.J. Abrams, Alex Kurtzman y Roberto Orci -que se dice pronto- ha caído en el olvido injustamente.
Protagonizada por Anna Torv, Joshua Jackson, John Noble y Lance Reddick, cuando Fringe triunfaba entre sus seguidores no había plataformas de 'streaming' y el fenómeno de las series de televisión prácticamente acababa de empezar. La serie se emitió durante un total de cinco temporadas entre 2008 y 2013 y, aunque no puede decirse que el mundo entero se rindiese a sus pies al más puro estilo Perdidos o Breaking Bad, sí es cierto que tenía un público rabiosamente fiel al que logró romper la cabeza con sus mundos paralelos y sus a menudo complejas tramas que hacían de ella un título completamente diferente a cualquier otra cosa que pudiéramos encontrar en televisión.
Al contrario que otras producciones, Fringe logró ir de menos a más. Con una primera temporada a menudo considerada como la más floja -algo en lo que existe consenso absoluto entre los fans-, Fringe apostaría muy acertadamente por dejar su parte más "procedimental" de lado en su segunda temporada, centrándose más en la parte más lineal de la historia y no tanto en los casos a los que tenía que hacer frente la División Fringe del FBI individualmente.
El punto de partida de Fringe en su primera temporada eran la llegada de su protagonista, Olivia Dunham (Torv), a la división Fringe, un pequeño grupo del FBI dedicado al estudio de sucesos inexplicables y paranormales. Ya en su primer caso, la investigadora conoce al científico Walter Bishop (Noble), quien podría ser un aliado brillante, pero al que antes necesita sacar de la institución psiquiátrica en la que lleva interno 17 años. El encargado de ayudarla es Peter (Joshua Jackson), el hijo del científico con el que lleva años sin hablar. Una vez reunidos y al servicio de la división, el extraño trío se dedica a investigar no solo ese primer caso, sino todo tipo de sucesos extraordinarios que parecen estar relacionados con algo a lo que se refieren como "el patrón".
La entrada en escena de los universos paralelos y las inesperadas revelaciones que unen las vidas de los personajes ya comenzaban en la primera entrega, pero sería a partir de la segunda en la que esa parte de la historia y no los casos más concretos, se convertirían en el eje central.
Con una brillante puntuación del 90% en Rotten Tomatoes no puede ponerse en duda que Fringe resultó ser una de las mejores series de su época. En SensaCine, de hecho, no ocupa el ranking de mejores series de la historia, pero sí es definitivamente una de las mejores de ciencia ficción según nuestros lectores. Con 4,3 estrellas de 5, solo The Mandalorian y Arcane la superan con una décima más. Su tercera y su cuarta temporada son las mejor valoradas.
Con el paso del tiempo, Fringe ha pasado a ser considerada una serie de culto y, aunque en su momento de gloria dio lugar a una franquicia transmedia con cómics, novelas, un videojuego y hasta la posibilidad de hacer una película, hace tiempo que dejamos de escuchar hablar de ella. Mientras, algunas de sus coetáneas como Breaking Bad, Perdidos, o Mad Men siguen siendo mencionadas como parte de la excelencia de la historia televisiva.
Aquí nuestro pequeño homenaje: si no la has visto, las cinco temporadas de Fringe al completo están disponibles en HBO Max.
