Pesadilla en la cocina ha cautivado a millones de espectadores en nuestro país. Algunos restaurantes que pasan por el programa de La Sexta han conseguido salvar su negocio gracias a la ayuda de Alberto Chicote, aunque otros no lograron salir del pozo a pesar de los consejos del chef. Estas son las consecuencias a las que se enfrentan los dueños cuando aceptan participar en el exitoso formato, pero también pueden llegar a pagar una abrumadora multa si decides a mitad del rodaje dejar de grabar.
Como en la mayoría de programas de televisión, Pesadilla en la cocina estipula en su contrato una multa por si no se llega a emitir la entrega por motivos provocados por el participante. Así, lo han contado los dueños de La Taberneta en el canal de YouTube Cenando con Pablo. Además, Walter y Ana han contado como vivieron el rodaje y han cuestionado la veracidad del programa.
La hostelera ha explicado que ellos firmaron para que grabasen su día a día "pero a los cinco minutos te dicen corta y vente arriba porque esto así no se va a emitir" y tendrían que pagar una multa. "¿Eran 100.000?", ha preguntado el 'youtuber'. "Pues por lo menos. Era muchísimo dinero. Tenías que pagar el sueldo del equipo también", ha respondido Ana.
Ana también ha querido señalar las largas jornadas de rodaje a las que son sometidos los participantes, algo por lo que se acababa notando el cansancio en todos. Y es que, las grabaciones se llegan a largar hasta la madrugada y son muy tensas. Por ello, es normal que el nerviosismo se apodere de los empleados y dueños y acaben estallando.
Las "trampas" de 'Pesadilla en la cocina'
No es la primera vez que participantes de Pesadilla en la cocina se quejan de "las trampas" del equipo para hacer más show de la entrega. "Cuando nos dice que quieren grabar dejáramos sin limpiar el restaurante cinco días. Un congelador que estaba vacío lo dejaron abierto y dijeron 'tú déjalo así' y se llenó todo de hielo", ha relatado Walter
"Ellos llegan un domingo, te piden las llaves del local y te dicen 'desaparece'. Esto es a las ocho de la mañana y apareces a las ocho de la noche porque ellos tienen supuestamente que cablear, poner cámaras pero ya no vuelves a ver tu restaurante", ha confesado Ana. Además, Walter vio como "un maquillador de ingredientes" que se acercó con un spray y lo puso en una de las tablas y a la freidora.
Otra de las anécdotas que ha contado Ana cuestiona la veracidad del programa. "Hay un momento que él está enfocando a la cocina y coge una caja de ajos que hay encima de una nevera. Saca la caja de ajos y de dentro saca el desatascador. Yo en ese momento pensé 'es un cabronazo' porque el desatascador estaba debajo del lavabo. Y esa caja no era de ajos", ha comentado la hostelera.
Walter ha contado que desde el programa también organizaban la llegada de clientes para que entrasen todos a la vez. "Y luego tienes a la mosca cojonera aquí y te vas poniendo nervioso. Yo te puedo decir que a mí sí que me han llegado a poner un cartel detrás de cámara 'llora ahora'", ha apostillado Ana.
En cuánto a las mejoras propuestas del cocinero al restaurante, Ana y Walter no tienen buen recuerdo. La carta no llegó a implementarse nunca porque para el hostelero las propuestas de Chicote carecían de sentido. Además, la reforma fue buena aunque Ana tuvo que reclamar una plancha de cromo que "de camino a Andorra al siguiente programa".
Para finalizar, Ana y Walter han desvelado que a la semana traspasaron La Taberneta y cumplieron su deseo de abrir un local nuevo en la montaña.
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