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    "¿Te subirías a un avión que tiene un 20% de probabilidades de que caiga?": La IA es la gran innovación de nuestra época, pero tiene datos inquietantes
    Sara Heredia
    Sara Heredia
    -Redactora jefe SensaCine
    Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

    Julio Rojas ha escrito 'Retornados' para Sonora. Una ficción tensa y atrayente sobre el regreso de una tripulación tras su paso por Marte.

    Hace 12 años, Black Mirror nos enseñó cómo sería tu vida si tuvieses implantado un chip que pudiera grabar cada acontecimiento que vives. En aquel momento, el episodio fue recibido como un entretenimiento. Terrorífico, pero entretenimiento. En 2023, la serie estrenó un episodio en el que Netflix podía contar a tiempo real la vida de cualquiera de sus suscriptores gracias a la IA. En esta ocasión, la historia se percibió con más temor que júbilo. Ahora estamos demasiado cerca de esa ficción apocalíptica que nos cuenta Charlie Brooker desde 2011.

    "Esa intuición de que no estamos realmente viviendo una narrativa de ciencia ficción, sino una narrativa de anticipación, es lo que nos hace querer ver series del fin del mundo constantemente", cuenta a SensaCine Julio Rojas, creador de ficciones sonoras como Caso 63 (Spotify) o Retornados (Sonora). Tenemos la necesidad de que nuestras preguntas sean respondidas, pero, mientras hace unas décadas la necesidad era filosófica, ahora es más doméstica que nunca.

    Los que vieron Blade Runner comprendían que era una metáfora sobre un cuestionamiento universal de qué es ser humano, cuál es la relación entre lo artificial y la humanidad, qué nos hace realmente especiales... Eso era en los 80 y 90. Eran reflexiones filosóficas. Ahora tiene que ver con qué nos hace humanos. ¿Este fake, esta noticia, es artificial o no? ¿Esta persona que tengo a través de la pantalla es real o una clonación? Y está sucediendo ahora. Es la misma pregunta, pero ahora es terriblemente doméstica

    El género de la ciencia ficción ya ha dejado de ser entretenimiento. Después de pasar por una pandemia en la que todos nos convertimos en expertos en vacunas, ARN y mutaciones, la sociedad tiene los ojos abiertos ante los siguientes avances científicos. Nunca antes se había prestado tanta atención a lo que se cuece en los laboratorios y empresas tecnológicas. "Si no entiendes la ciencia ficción, no entiendes hacia dónde se dirige la civilización Es un género clave para mí", asegura Rojas.

    Netflix
    Una imagen del episodio "Beyond the Sea" de 'Black Mirror'

    Se da la tesitura de que, después de haber pasado por la pandemia global, los avances en la inteligencia artificial han llegado al ciudadano de a pie. Mientras esta tecnología lleva años en desarrollo, ahora los hombres y las mujeres estamos aprendiendo a darle un uso cotidiano. Esa es la gran revolución y nos encontramos tan solo al inicio de la misma. "Nunca ha sucedido esto en la historia humana. La gente lo compara con la rueda, lo compara con la agricultura, está muy lejos de la rueda y la agricultura. Esto es realmente la gran rueda y la gran agricultura", avisa el creador, "La inteligencia artificial, en sí misma, no es ni buena ni mala y eso es lo terrorífico. Va a tomar decisiones donde no estamos invitados a esa fiesta".

    Nadie nos preguntó si queríamos una inteligencia artificial, pero no solamente eso. Hay una probabilidad real -no digo completa-, de que de verdad se salga de control y sea un riesgo existencial para nosotros. Alguien te dice que el avión está increíble -en este caso la IA-. Va a servir para curar el cáncer, generar proteínas, mejorar la longevidad... pero hay un 20% de probabilidades de que te destruya, ¿te subirías a un avión que te dicen hay un 20% de probabilidades de que se caiga?

    Odontólogo de profesión, Julio Rojas siempre ha encontrado el modo de compaginar su pasión por la ciencia con su trabajo. Ha pasado parte de su carrera como dentista de urgencias y asegura que gracias a ello tiene una noción de la vida y la muerte diferente, "pero también hay una formación científica que me sirvió para comprender y para disfrutar de alguna manera de un tipo de ciencia ficción que fuera realista".

    Y fruto de esa afición está Retornados, una ficción sonora que puedes encontrar en la plataforma Sonora y que relata la llegada de un grupo de personas que han pasado demasiado tiempo en Marte. Más allá del lado narrativo, Rojas destaca un punto clave en su modo de entender la ciencia ficción: que el lado humano es fundamental en los avances tecnológicos.

    De Retornados, Marte, las inquietudes humanas y las probabilidades que hay de que la inteligencia artificial nos destruya a todos hablamos en la siguiente entrevista.

    SensaCine
    Julio Rojas en un momento de la entrevista con SensaCine

    He visto que te defines como que tu pasión es la ciencia ficción. ¿Qué es lo que te atrae del género?

    Me atrae que la ciencia ficción tiene las claves para comprender un modelo de sociedad que es dinámico y que está ocurriendo ahora. Si estuviéramos en el siglo XIX, la ciencia ficción es una especie de escapismo, un poco recreacional. Ahora es casi existencial. Si no entiendes la ciencia ficción, no entiendes hacia dónde se dirige la civilización Es un género clave para mí.

    Ahora se nota que hay muchísimo más interés por la ciencia ficción y por el fin del mundo, el apocalipsis. Supongo que la pandemia tendrá algo que ver, pero en tu opinión, ¿por qué este género nos atrae tanto ahora?

    Estamos viviendo en un momento los descubrimientos científicos están en una convergencia muy particular, sin precedentes, que establece que si no entiendes la ciencia ficción no puedes realmente estar en la marea de la vida y comprender las señales que están ocurriendo a tu alrededor. Señales que no tienen que ver con una reflexión filosófica, tienen que ver con el futuro de tu trabajo, el futuro de las sociedades políticas, las crisis que vienen de manera inmediata y que nos pueden afectar como la pandemia. Lo interesante es que nos abrió los ojos y nos mostró lo vulnerable que podía ser una sociedad completa, interconectada. La gente empezó a hablar de términos de ciencia ficción como nunca antes, la gente hablaba de mutaciones, de vacunas, ARN... nomenclatura de neo ciencia ficción biológica.

    Como has dicho, la ciencia ficción nos puede ayudar un poco a entender las crisis, nuestro trabajo. ¿Me podrías dar unos ejemplos de, por ejemplo, cómo la ciencia ficción nos ayuda a comprender ciertas cosas de nuestra vida cotidiana?

    Mira, cuando uno ve una película ya antigua y clásica como Blade Runner, los que vieron Blade Runner comprendían que era una metáfora sobre un cuestionamiento universal de qué es ser humano, cuál es la relación entre lo artificial y la humanidad, qué nos hace realmente especiales, dónde está la chispa de la vida... Eso era en los 90, en los 80. Eran reflexiones filosóficas Ahora tiene que ver con qué nos hace humanos. ¿Este fake, esta noticia, es artificial o no? ¿Esta persona que tengo a través de la pantalla es real o una clonación? Y está sucediendo ahora. Es la misma pregunta, pero antes era filosófica y ahora es terriblemente doméstica. ¿Qué va a pasar el próximo año? ¿Cuando ven una convergencia de robot con inteligencia artificial? ¿Va a cuidar al anciano? ¿Y qué pasa si hay un niño enfermo? ¿A quién? ¿Cuál va a ser el criterio de selección de a quién dejo vivir o quién no? Situaciones que ya Philip Dick o ciertas teorías de científicos de ciencia ficción habían planteado ahora son parte de nuestra vida.

    ¿Hay alguna serie o película que nos explique lo que nos está pasando ahora mismo?

    No sé si inmediatamente ahora, pero creo que es fundamental comprender el estado de las cosas mediante series como Years and Years o Black Mirror. Black Mirror fue la nueva noción de lo que venía. Nos abrió el libro de lo que venía mucho antes de que sucediera. Esa intuición de que no estamos realmente viviendo una narrativa de ciencia ficción, sino una narrativa de anticipación, es lo que nos hace querer ver series del fin del mundo constantemente. Pareciera que todo es tan vulnerable que todo puede acabar en cualquier momento.

    BBC One

    Eres odontólogo de profesión, ¿cómo has llegado a trabajar tan mano a mano con la ciencia ficción?

    Bueno, yo hice mi tesis en un programa, hace muchos años, que no se llamaba Inteligencia artificial, se llamaba Sistemas expertos para diagnóstico. Siempre he intentado conjugar mi afición por la tecnología y la biología. Y esas dos disciplinas que eran tan extrañas, parece que ahora convergen. Uno tiene sistemas de edición génico y también la posibilidad de generar androides o un chip en el cerebro, que es una fusión entre biología y tecnología. Pero sí, fui dentista de urgencias, trabajé durante muchos años en un centro de atención de urgencias. Esto te da una noción de la vida, la muerte, el trauma, pero también hay una formación científica que me sirvió para comprender y para disfrutar de alguna manera de un tipo de ciencia ficción que fuera realista. Cuando yo hice Caso 63, intenté que todo fuera tuviera una base real, que no fuera tan inventado, porque yo, como fanático del género, me siento defraudado cuando inventan algo que no tiene sustento y creo que eso fue parte del evento que generó atracción en Caso 63, la posibilidad de que fuera cierto.

    Tu serie de ficción, Retornados que no sé si es cierto o no, a mi parecer se basa mucho en este caso que hubo de que eligieron candidatos para volar a Marte, una misión que no ha llegado a nada. ¿Retornados habla de eso?

    Sí, se basa en el caso. Se basa en dos casos. En primer lugar, esta especie de 'reality show' que querían hacer en Marte, donde todo se frivolizó. Era un espectáculo de enviar gente a Marte en esta especie de casa de estudio del Gran Hermano, lo cual, obviamente, tenía muchas luces rojas al respecto. Sin conocer el tema, uno comprende que nada bueno puede suceder ahí. Si la gente se va de la casa estudio, no puede ir a la calle, está una planicie marciana que donde mueres. La gente que iba a morir allá era una mala idea. Y yo pensé: 'Bueno, ¿y qué pasa si fracasa eso? ¿Qué pasa si vuelven? ¿Quién protege a los que a los retornados?'. Y no solamente eso. ¿Cómo hace la compañía, esta compañía gigante y terrorífica, para que no los demanden? Entonces, les pone un terapeuta y les pone un seguimiento semanal. Esta es la historia de un terapeuta que recibe a los retornados.

    Que también habla mucho de cómo somos como humanos, cómo reaccionamos. Entonces, como decías al principio, la ciencia ficción también habla mucho de cómo somos como seres humanos

    Exacto. Hay una narrativa que es la narrativa del viaje, la narrativa de que somos seres migrantes. Hemos migrado desde África, nos hemos esparcido, tenemos una pulsión de migración. Alguien dijo: 'Espera, esta función de migración tiene que ser para las estrellas'. Lo cual suena muy romántico. Es un tropo de la ciencia ficción, pero realmente es bastante extraño porque afuera pareciera que no hay nada. Y el tema de que multimillonarios quieran terraformar Marte para formar una tierra feliz... Porque de alguna manera ya está, le dieron una etiqueta de una obsolescencia programada al planeta Tierra, donde ya no hay que invertir en él, sino hay que invertir afuera. Es súper absurdo, es un poquito fascista y es un poco facilista también porque te dice que hay que seguir consumiendo planetas y cuando se nos agotan vamos al siguiente planeta. Yo quisiera pensar de que alguien puede tomar esos millones y millones de trillones de dólares y ponerlos acá de vuelta para hacer lo mismo. Terraformar la Tierra.

    ¿En tu investigación para Retornados descubriste algo de la vida real que te llamase la atención?

    Sí, bueno, hay un fenómeno que se llama el efecto perspectiva, que se maneja un poco en Retornados. Tene que ver con este asunto de que la gente sale al espacio y pareciera que hay una especie de libertad, de 'Voy a salir del espacio, voy a ir a colonizar. Pero uno sale, mira la oscuridad, mira la muerte, mira el vacío y mira la Tierra y parece un hogar acogedor. Tu Tierra, tu madre que está llena de vida. Ese efecto perspectiva lo sufrió precisamente William Shatner, el Capitán Kirk, de Star Trek. Volvió completamente cambiado, diciendo: 'No, no, ¿qué estamos haciendo en el espacio? La biología no está hecha para el espacio. Vamos a morir ahí. Vamos a la Tierra.

    NBC News
    William Shatner después de su viaje espacial.

    Qué bueno. Cambiando de tema completamente, porque ahora se habla mucho de la inteligencia artificial y tú has escrito sobre ello. ¿Cómo opinas que nos va a afectar esta nueva herramienta que está llegando ahora?

    Cada efecto es semana a semana en este momento. Esta semana nos está afectando porque hay una huelga de guionistas que no quieren inteligencia artificial, hay ciertos cuestionamientos de si es ético o no. Pero esos son detalles. La próxima semana van a venir otros detalles más importantes y creo que no hay que perder la perspectiva de que son pequeñas luchas insignificantes en relación al evento existencial que genera la posibilidad de que en el barrio haya una inteligencia superior o igual a nosotros. Nunca ha sucedido esto en la historia humana. La gente lo compara con la rueda, lo compara con la agricultura, está muy lejos de la rueda y la agricultura. Esto es realmente la gran rueda y la gran agricultura.

    Pero, entonces, ¿es buena? ¿es mala? ¿En nuestras manos, es malísima?

    La inteligencia artificial, en sí misma, no es ni buena ni mala y eso es lo terrorífico. Va a tomar decisiones donde no estamos invitados a esa fiesta. Entonces, de alguna manera, si lo planteamos desde el nivel humano en el que estamos es mala porque vamos a tener una especie de mentor que va a generar nuestros destinos y hasta ese momento nadie había diseñado nuestros destinos. Nosotros diseñamos nuestra propia narrativa de destrucción. Ahora alguien más va a generar nuestra narrativa de destrucción.

    ¿Qué decías antes de ese 20% de probabilidades de que algo salga mal?

    Nadie nos preguntó si queríamos una inteligencia artificial, pero no solamente eso. Hay una probabilidad real -no digo completa-, de que de verdad se salga de control y sea un riesgo existencial para nosotros. Mucha gente importante, ex fundadores de inteligencia artificial, dicen puede haber un 20% de que una inteligencia artificial nos destruya. La pregunta es: Alguien te dice que el avión está increíble -la IA-, va a servir para curar el cáncer, generar proteínas, mejorar la longevidad... pero hay un 20% de probabilidades de que te destruya, ¿te subirías a un avión que te dicen hay un 20% de probabilidades de que se caiga?

    Echando un poco la vista atrás, ya que tenemos perspectiva, ¿hay algo que contaran en los años 50 o 60 en la ciencia ficción y que a día de hoy se haya aplicado?

    Creo que toda la narrativa de ciencia ficción, desde, por ejemplo, Solaris o el mismo Blade Runner, tiene que ver con esto que es interesante. Me encantaría comprender si la gente que está en la cabeza de los CEOs tecnológicos han visto cine clásico o ciencia ficción, porque si lo vieran quizás tendrían una especie de 'background' para responder sus propias preguntas existenciales. Por ejemplo, muchas compañías tecnológicas de robótica han establecido que la mejor performance de un robot no es el tema Roomba, sino que es un humanoide. Ok. Entonces todo el mundo está haciendo humanoides. Por otro lado, está la inteligencia artificial y obviamente en esa convergencia vamos a tener muy pronto un humanoide con inteligencia artificial. Con los sistemas de edición génica y con órganos de 3D, alguien puede en un futuro muy cercano tener un cuerpo diseñado para sustitución de órganos. Te fijas en que, de alguna manera, la ciencia copia al cine y el cine es el gran precursor de la ciencia y es una especie de autoalimentación creativa gigante.

    En realidad, podríamos decir que toda la tecnología, esa ciencia ficción nuestra, está limitada por nosotros mismos. Puede haber mil millones de maneras más de hacerlo.

    Claro que sí. Por eso el límite entre ciencia, creatividad, ciencia ficción y anticipación es tan difuso. En Marvel tienen gente del MIT explicando teorías cuánticas como asesores en la mesa de guion. Pareciera que las audiencias exigen verosimilitud porque intuyen que esa es la realidad y que la fantasía es un poco evasiva en relación a lo que está sucediendo ahora.

    ¿Y qué verosimilitud hay en Vengadores?

    En Física no, obviamente, porque Iron Man explotaría por el tema de la inercia. Su cuerpo estallaría. Pero, por ejemplo, hay ciertas teorías del tiempo o teorías cuánticas donde donde viajan y retroceden. Hay partículas que van hacia atrás en el mundo cuántico. Creo que no es errático eso. Creo que hay una sólida investigación para contar de una manera simplificada y un poco frívola algo que tiene un fundamento científico importante. .

    Cuando no estábamos grabando, al principio, me ha llamado muchísimo la atención algo que has dicho sobre los viajes temporales, un tema del que ahora se habla mucho en el cine y en las series.

    Ah, sí, leía que estamos atrapados en una narrativa de causalidad donde pensamos que los eventos que suceden ahora son eventos que van a generar una cascada causal y uno lo puede modificar y generar muchas líneas. A través del trabajo de algunos físicos que están investigando partículas subatómicas y toda esta demencia que es el mundo cuántico, pareciera también que el observador podría modificar el pasado y si se modifica el pasado mediante el presente la flecha termodinámica del tiempo va hacia atrás y eso implicaría que si tú modificas tu pasado ya se modificó y no eres consciente de eso, porque ya en el fondo estás viviendo en la nueva narrativa. Es una paradoja muy interesante, un poco romántica, pero también contraintuitiva. Y yo creo que eso es lo interesante que está sucediendo en este momento en la sociedad. Las contraintuiciones se están evidenciando cada vez más. Era totalmente contraintuitivo que tuviéramos todo el mundo encerrado en las casas y hubieran delfines en Venecia o pumas en la ciudad de Santiago de Chile. Y sucedió. Estamos llenos de eventos interesantes y de alguna manera históricos y por eso me gusta tanto ese meme donde hay una niñita que dice no quiero vivir más eventos históricos ahora.

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