Como muchos de nosotros, hace ya tiempo que prefiero ver una película o serie extranjera con subtítulos. En mi cabeza -sin que sea una teoría probada-, el sonido suena más auténtico y, si es en inglés, aprovecho para aprender un poco el idioma. Poco a poco, me he acostumbrado a seleccionar la opción también en las producciones españolas. Algunas de ellas, con su pobre sonido, casi me han obligado a tener que leer lo que decían, pero en muchos casos, a pesar de que se escuchan bien los diálogos, me he sorprendido a mí misma poniendo el texto para poder seguir la trama de manera más cómoda.
Sabía que no podía ser la única porque el transporte público está lleno de gente que ve las cosas con subtítulos aunque lleven auriculares y, en un afán de confirmarme que no lo hacía porque me estuviese quedando sorda, busqué un poco de información en internet. Tardé apenas 5 minutos en ver que mucha más gente lo hacía.
Vale, primera parte de la duda resuelta: muchas otras personas también seleccionan los subtítulos en español para ver series en español. Lo siguiente era averiguar por qué hacemos eso y, curiosamente, he llegado a un reportaje muy curioso de Vox -el medio, no el partido político- titulado '¿Por qué todos necesitamos subtítulos ahora?' donde explicaba que en Estados Unidos también ocurre -casi la mitad de los participantes de una encuesta tienen este hábito-. La explicación se debe sobre todo a factores técnicos y un poquito de psicología.
Los cuatro factores técnicos que explican la mala calidad del sonido
Hemos escuchado muchas veces que el sonido de las películas españolas es malo y que cuesta entender a los actores de nuestro país. Y esto, aunque sea cierto, no quiere decir que los técnicos hagan mal su trabajo en nuestro país. Hay muchas razones detrás. Si resumimos lo que dice Vox, se debe a una mezcla de actores que susurran porque saben que tienen micros por todas partes, películas que rebosan espectacularidad mediante sonido alto, casas que no tienen el equipamiento necesario y una tecnología que prefiere poner parches.
Los actores que susurran
El reportaje de Edward Vega empieza recordando lo bien que se escuchaban los diálogos de las películas en los primeros años del cine sonoro. Por aquel entonces, había un micro que recogía el sonido y los actores estaban entrenados para hablar en dirección a él. Si no, no se les escuchaba bien. Con el paso del tiempo, la tecnología fue avanzando y los micrófonos se hicieron más pequeños, por lo que se podían esconder en la ropa del actor.
Actualmente, los rodajes cuentan con micrófonos principales, pero los intérpretes tienen su propio micro cerca de la cara, lo que hace que se capture hasta el más mínimo sonido que sale de su boca. Esto debería hacer que los diálogos se escucharan a la perfección, ¿no? Sí y no, porque puede jugar en su contra. El modo de actuar de algunos intérpretes es mediante susurros, como Tom Hardy, y los ingenieros de sonido no pueden hacer nada con eso. No es su función si no se les entiende.
Se puede volver a llamar a los actores para que graben sus líneas de diálogo en un estudio de sonido, pero eso cuesta dinero y hay producciones que, simplemente, prefieren obviarlo.
La espectacularidad del cine arrasa con el sonido
Otra razón es que con los avances digitales los ingenieros de sonido tienen que intentar encajar las frecuencias de las voces de los actores de manera que no queden solapadas por la música u otros elementos sonoros. "Es un gran reto tallar todas esas frecuencias, ese espacio, entre todos los demás elementos de la mezcla para que el diálogo pueda destacar y no quede embarrado por ningún otro sonido que exista en esa banda de frecuencias", explica a Vox Austin Olivia Kendrick, editora profesional.
Como las producciones audiovisuales cada vez quieren más espectacularidad -y eso supone un sonido lo más impactante posible- es difícil que los diálogos puedan escucharse por encima del resto de banda sonora. Kendrick explica que no es tan sencillo como subir el volumen de la voz, entre otras cosas, porque las explosiones tienen que seguir sonando mucho más fuerte que una charla en una cafetería.
Nuestras teles no están hechas para el sonido de las películas
Christopher Nolan aseguró a IndieWire que él pensaba en el sonido de sus películas para ser proyectado en cines. "Hace un par de años tomamos la decisión de que no íbamos a mezclar el sonido para salas de cine deficientes", aseguraba, con lo cual peca un poco de engreimiento teniendo en cuenta que muchas personas se quejaron de que en Interstellar es prácticamente imposible escuchar nada.
En cualquier caso, nos lleva al último punto: cuando una película llega al formato digital, su sonido, pensado para 128 canales originalmente -lo que vendría a ser el formato Dolby-, es comprimido y resumido a unas pocas pistas, lo que resulta en un sonido más pobre. Al mismo tiempo, cada vez usamos altavoces más pequeños y de menor calidad, por lo que, sí, es posible que necesitemos los subtítulos para enterarnos de lo que está pasando.
La tecnología a favor de la rapidez en lugar de la calidad
Si hablamos de series, Juego de tronos tiene una anécdota muy interesante. En 2018 AT&T compró la empresa matriz de HBO, según explica The Atlantic, y superpuso su propia especificación de volumen uniforme, que era más plana y sencilla de escalar en una gran biblioteca de contenido, pero también dejaba de lado el diálogo. "Analiza toda la serie como volumen. Entonces, si tiene una señal de música alta, ese será su punto fuerte. Y luego, cuando llegue el diálogo, no podrás escucharlo", contó Onnalee Blank, mezcladora de sonido de la serie de George RR Martin, a dicho medio.
Esto es algo que ha tenido en cuenta Amazon Prime Video, que incorpora la función 'refuerzo de diálogo' para "aumentar el volumen del diálogo en relación con la música de fondo y los efectos". Lo hace tirando de parches, en lugar de atacar el problema desde el origen y tener este trabajo más en cuenta desde la grabación. Aún así, se agradece que tengan en cuenta estos problemas de visionado.
La culpa de todo la tiene TikTok
Y a todos estos cambios técnicos hay que añadir que TikTok ha implantado los subtítulos en nuestro día a día. La red social ha convertido el texto en algo imprescindible para entender los vídeos porque, generalmente, se ven sin sonido. Hay una razón psicológica detrás y es que, como recoge Los Angeles Times, nuestra capacidad de atención es corta y los subtítulos son cruciales para enganchar a los usuarios que hacen 'scroll' a través de la red social. Esto traducido a Netflix hace que sea un modo de engancharnos a la historia y procesar mejor lo que está pasando.
Cualquier departamento de 'social media' hace años que comprendió que el contenido tiene más alcance si se introducen los subtítulos y no es solo una cuestión de inclusión para las personas sordas -cosa que, por otro lado, hay que valorar- sino que ahora, simplemente, preferimos leer las películas y series en lugar de centrar toda nuestra atención en la imagen.