No decimos nada que los fans de The Witcher no sepan ya. La serie sufrirá un cambio para su cuarta temporada que podría sentenciar su futuro. El adiós de Henry Cavill como Geralt de Rivia y la llegada de Liam Hemsworth como sustituto van a poner a la producción de Netflix contra las cuerdas. Da igual lo que los creadores se tengan entre manos, la nueva tanda de episodios va a ser examinada con lupa.
Henry Cavill llevaba desde 2019 ganándose el cariño del público en el papel del brujo. Si las series funcionan tan bien es, precisamente, porque los personajes se desarrollan durante varios episodios y años, llegando a crear una conexión con los espectadores mucho mayor que en cualquier película. Por eso preocupa tanto el reemplazo de Hemsworth: los fans, simplemente, no van a entrar de inmediato.
Sin embargo, la tercera temporada de The Witcher puede haber adelantado su arma secreta para seguir siendo un éxito. Ciri (Freya Allan) se ha convertido en un personaje principal en los últimos episodios y ha podido demostrar lo que ha aprendido en Kaer Morhen y junto a Yennefer (Anya Chalotra). La historia de Ciri está a punto de volverse más interesante y, sin duda, ganará más importancia en la trama. Su transformación de princesa a bruja la coloca como uno de los pilares de la ficción y puede que sea la verdadera impulsora de los acontecimientos en la temida cuarta temporada.
Poner el peso en la misión de Ciri no elimina el problema de Geralt, pero hace las cosas más fáciles a su público. Les mantiene atentos a la trama de una vieja conocida mientras introduce otros cambios. Aún es pronto para saber qué tal les funcionará, pero es una estrategia que, a priori, podría equilibrar la balanza y funcionar.
La IA imagina cómo sería Liam Hemsworth como 'The Witcher' y demuestra que el problema no está en el actorLa huelga puede hacerles un gran favor o todo lo contrario
En mitad de este profundo cambio, The Witcher se ha encontrado en una situación atípica. Hollywood se encuentra completamente paralizado por el desarrollo de dos huelgas: la de actores y la de guionistas. Todas las producciones estadounidenses han entrado en un parón que nadie sabe cuando va a terminar, pero que, según parece, va a cambiar el panorama cinematográfico.
Este parón puede hacerle un gran favor a la adaptación de las novelas de Andrzej Sapkowski. Las temporadas anteriores se han estrenado con dos años de por medio, pero la cuarta entrega podría ver la luz con más retraso del habitual. Esto puede ayudar a que los espectadores se olviden un poco del Geralt de Cavill y acepten de mejor humor la nueva interpretación de Hemsworth.
Pero también hay un problema. Un parón tan prologando en la industria genera pérdidas millonarias y, cuando vuelva a arrancar la maquinaria, los ejecutivos van a decidir con mucho cuidado a qué series van a dar luz verde y por cuánto tiempo. Si la temporada 4 de The Witcher no consigue los resultados esperados es una de las candidatas a desaparecer del catálogo de la plataforma de 'streaming'. Pero todo eso está aún por verse.