Cuando hablamos de Los Simpson, una de las cosas que más a menudo se destacan es cómo son capaces de predecir eventos futuros, aunque a menudo sea que la realidad se vuelve tan disparatada que termina llegando a Los Simpson. Algo menos comentado es su increíble habilidad para no fallar cuando intenta mostrar hechos científicos o de otras culturas, más allá de algunos estereotipos seguidos con afán de hacer humor.
La serie trata de ser siempre rigurosa y acertada cuando menciona detalles que son potencial fuente de fact-check. No por miedo a ser cazados por Internet, ya que sus métodos preceden a este fenómeno, sino por una filosofía que el productor Sam Simon, uno de los responsables principales, quería que se siguiese: "Si se menciona un dato en Los Simpson, tiene que ser verdad".
Así, ya sea que los personajes estén hablando albanés o discutiendo las sutilezas de la teología hindú, la serie tiene que mostrarlo de manera correcta, tal y como recuerda el guionista Mike Reiss de su tiempo escribiendo como guionista en el libre Springfield Confidential. La gente que escribía en la serie tenía que hacer bien sus deberes. Si los personajes iban a otros países, se compraban y se leían todos los libros de viaje posibles.
Atención al detalle
El equipo siempre tiene que haber gente que sepa de lo que habla, incluso con los datos más nimios. Un caso claro es un capítulo donde la familia Simpson viaja a Londres, y se inserta un chiste donde un policía sopla su silbato pero no suena, a lo que respondía: "Ah, es verdad. Envié mi bola de silbato a pulir". Uno de los guionistas trató de rectificarla añadiendo la nota "Los silbatos de la policía inglesa no tienen bolas".
Muchos de sus conocimientos tienen mérito, ya que tenían que mostrarlos antes de que hubiese Google. Y lo que no sabían, no se arriesgaban. En un capítulo durante la década de los noventa, Apu afirma que es capaz de repetir los primeros 40.000 decimales de Pi, y que el último es el 1. No es que los guionistas sean matemáticos, o que pusieran un número al azar (de hacerlo, sólo habría un 10% de posibilidades de acertar). Lo que hicieron fue escribir a un matemático que trabajaba en la NASA para que les diera el dato, y este respondió con una impresión matricial gigante del número Pi que llegaba hasta el millón de dígitos.
Este error en un episodio de 'Los Simpson' atormenta a su guionista 27 años después: "Deberían haberme despedido"Había que ser riguroso. Y si la comprobación de los datos no eran suficiente, viajaban a donde fuese necesario para tener la información correcta. Es el caso de algunos de sus viajes a centrales nucleares, ya que en las de verdad no terminaban de estar satisfechos con cómo quedaban retratados a través de la planta en la que trabaja Homer. Aunque consiguieron el efecto contrario, ya que al ver cómo operaban en las centrales Sam Simon acabó diciendo que "es peor de lo que podríamos imaginar".
Si quieres recibir nuestras propuestas y los estrenos en tu mail suscríbete a nuestra Newsletter