El 23 de mayo de 1995, Akira Toriyama publicaba el capítulo 519 de Dragon Ball y se despedía del mundo con un último torneo de artes marciales. Tras un combate en el que Pan, la hija de Gohan, gana sin ningún tipo de problema, llega el combate que un Goku ausente (para variar) estaba esperando: su enfrentamiento contra Oob, la reencarnación de Boo que nuestro héroe lleva esperando diez años para ayudarle a hacer crecer su potencial. Finalmente, se le lleva a entrenar poniendo punto y final a la historia. Bueno, o eso creía.
Super-ándose a sí mismos
Puede que la continuidad del anime nos baile un poco, pero si Dragon Ball Super sucede cuatro años después del anteúltimo episodio de Z, el final pasa diez años después del mismo, así que realmente ya sabemos a dónde van a llegar y podemos estar tranquilos: todos nuestros héroes sobrevivirán por el camino. Sí, hay que hacer algún que otro cambio (como Bulma diciendo que Goku solo la visitó una vez en la última década), pero sigue encajando.
De hecho, Dragon Ball Super ya ha presentado al personaje de Oob en tres episodios, en el último de los cuales acababa dando su fuerza vital a Goku para que consiguiera vencer a Moto. Sin embargo, hay algo que se nos olvida: Dragon Ball GT, se considere o no canon, es lo más lejos que hemos llegado en la historia de estos personajes, y allí el luchador tenía quince años y seguía luchando contra Goku. Claro, que todo se tendría que volver a contar explicando porque Bills ni está ni se le espera y la transformación más grande a la que pueden llegar es a Super Saiyan 4 en lugar de tener los poderes de un dios.
De momento no hay nada oficial respecto al canon de GT: se supone que forma parte del canon del anime de Toei pero no del manga, del que es una historia alternativa. Eso es lo de menos: si Dragon Ball Super realmente cambia, como parece, la primera vez que Oob y Goku pelean, entonces sí estaremos hablando de que todo puede pasar y se trata de una secuela alternativa de Z en vez de una intercuela, pero no parece que Toyotaro esté por la labor. De momento, seguiremos disfrutando del combate. ¡Y que no pare!