No es fácil abordar la adaptación de un clásico del cómic con fans acérrimos, y Zack Snyder sabía que estaba afrontando uno de los retos más difíciles de su vida cuando decidió hacer Watchmen suya. La película estuvo dentro y fuera de producción desde 1987 y por ella pasaron nombres como Darren Aronofsky, Paul Greengrass, David Hayter o Terry Gilliam, que se fue del proyecto después de considerarlo "imposible de rodar". Al final, Snyder hizo un trabajo correcto... aunque, desde luego, no perfecto.
¿Quién vigila a los vigilantes?
Si en su día seguisteis de cerca la adaptación del cómic de Alan Moore y Dave Gibbons seguro que os sorprendió incluso verla rodada, porque cada semana iba saliendo un nuevo nombre a la palestra, desde Michael Bay hasta Tim Burton. Y Snyder no lo habría conseguido si no fuera porque los productores se quedaron realmente asombrados por su adaptación de 300, otro de esos cómics imposibles de adaptar. Si pudo hacer aquello con solvencia... ¿Cómo no iba a salir indemne de Watchmen?
Bueno, más o menos, porque también tiene sus fallitos desde el punto de vista técnico. Mirad esta escena en la que Ozymandias entra por una puerta con la luz de fondo, dejando ver una sombra alargada con su tigre al lado... que no proyecta absolutamente nada. ¿Es acaso un tigre con el poder de no emitir sombra? ¿Quién se coló a la hora de añadirlo por CGI?
En todo caso es un error mínimo en una película que, sin ser un éxito de taquilla, se revalorizó con el tiempo e incluso hizo que Warner no tuviera miedo a hacer una fabulosa serie creada por Damon Lindelof años después que daba una vuelta a la Guerra Fría que sobrevolaba la obra original y la convertía en una serie sobre el racismo sistémico en los Estados Unidos. Una maravilla.