Es cruel, creepy, sucio, rarito, y da mucha, pero que mucha, grima, pero si tú también quieres darle un abrazo a Roman Roy, el hijo menor de la familia de Succession, estamos contigo. El personaje interpretado por Kieran Culkin reúne los peores rasgos que puede tener un ser humano y, aún así, cuando termina la serie no puedes sentir otra cosa sino lástima hacia él.
Conoce a Alesya, la nueva cara del canal de YouTube de SensaCine que destripa películas y series a través de la animaciónDe este extraño efecto habla Alesya en su nuevo análisis animado. Después de contarnos los finales alternativos que los creadores de Friends barajaron para sus personajes, ahora toca asomarnos al psicópata más querido de la pequeña pantalla.
"Si visionamos el último capítulo de Succession y de seguido vemos el primero de la primera temporada, podremos ver que ni Kendall ni Shiv han cambiado en absoluto. Kendall de la frustración explota violentamente contra lo primero que pille, incapaz de aceptar su ineptitud, y Shiv sigue siendo igual de sibilina y convenida que desde el primer capítulo, sin aprender a amar a nadie que no sea a sí misma. Pero Roman… Oh, Roman… Ha pasado, como le vemos en su primera aparición en la serie, de una actitud altiva, ofensiva y cruel, a abandonar esa perpetua performance y a decir: 'We're bullshit", reflexiona Alesya en el vídeo que puedes ver ya en el canal de YouTube de SensaCine.
Roman tiene problemas en la relación con su padre -quien toda la vida le ha negado su amor-, con su madre -quien ha estado y sigue estando ausente- y con sus hermanos -que son competidores-. Tiene una relación complicada hasta consigo mismo, ya que lo único que le ha movido siempre es perseguir el cariño de Logan Roy. "Para Roman nunca ha sido cuestión del puesto o de heredar la empresa, ni siquiera se ha planteado por un momento lo que supone ser el CEO o qué haría una vez que fuera el CEO de la empresa. Siempre, siempre y a cada momento, solo ha tratado sobre ser el hijo más amado por su padre, sobre demostrarle que no es un fracaso", dice Alesya en el vídeo.
Y en el último episodio es más él que nunca. La última vez que le vemos esboza una sonrisa, quizás el primer gesto real que le vemos. "Ha hecho un viaje personal en el que conscientemente se ha desprendido de su personalidad ficcionada", dice el análisis, "Roman, a lo largo de toda su vida ha tenido que vivir en una constante tensión de represión, humillación y síndrome de estocolmo, pero ahora tiene las puertas abiertas a conocer la vida más allá de su padre, de Waystar y de sus hermanos. Ya no tiene que seguir fingiendo algo que no es".
