Anglés. Historia de una fuga, la serie documental que acaba de ver la luz en Netflix, está disponible desde hoy en el catálogo de la plataforma de 'streaming' de la gran N, pero no se trata de un nuevo estreno de la compañía. De hecho, la docuserie ya había sido emitida en abierto en laSexta el pasado mes de febrero de este mismo año, coincidiendo con el 30 aniversario de uno de los casos criminales que más conmoción han causado en la sociedad española, y desde entonces estaba disponible en la plataforma de 'streaming' de Atresmedia, Atresplayer PREMIUM, así como para los suscriptores de Prime Video.
No obstante, aunque su incorporación al catálogo de Netflix no se produce como una novedad, lo cierto es que supone una ventana extra para una serie documental que realmente merece la pena y que en su día pasó más desapercibida de lo que debería. Tres episodios de aproximadamente una hora de duración que arrojan luz sobre una parte del caso que nunca nos llegaron a contar. O al menos no bien del todo: los pormenores de una fuga que parece sacada directamente de una película y que impidió que el culpable del violento triple crimen no se sentase en el banquillo de los acusados en el juicio por el asesinato de las niñas.
Crecí en los 90 y, aunque cuando las niñas de Alcàsser Miriam, Toñi y Desireé desaparecieron tenía apenas 8 años, recuerdo por completo la conmoción que el caso causó en España. De la noche a la mañana, el temor se apoderó de la gente y la desaparición de las pequeñas se convirtió en eje central de algunos de los más populares programas de la época, empezando por el famoso ¿Quién sabe dónde? de Paco Lobatón. Como niña que creció en los 90 recuerdo perfectamente también la aparición de los tres cadáveres en una fosa en las inmediaciones de una caseta abandonada en la localidad valenciana de Tous. El hallazgo cayó como un jarro de agua fría sobre las familias, sobre la aterrorizada y compungida población de Alcásser y también sobre toda España, que recibía con rabia cada noticia sobre la crueldad con la que se habían producido los asesinatos de las niñas.
El caso Alcásser es uno de los más conocidos de la crónica negra española no solo por la propia tragedia y crueldad del crimen, sino por el tratamiento mediático que se le dio en distintos programas y prensa en general. Un espectáculo que a día de hoy, 30 años más tarde, se conoce como el origen de la telebasura y que precisamente es el núcleo del documental de cinco episodios de Netflix El caso Alcásser que la plataforma estrenó en 2019.
La policía no tardó en dar con los culpables: Antonio Anglés, quien huyó antes de ser detenido, y Miguel Ricart, quien terminaría siendo el único procesado por el caso. El suceso ocupó titulares, programas y tertulias durante meses y, posteriormente, la defensa por parte del padre de una de las niñas de una polémica teoría alternativa sobre la verdadera autoría del crimen se convirtió en comidilla habitual de programas como Esta noche cruzamos el Mississippi y ganó adeptos en toda España. Según esta teoría, las niñas habrían sido víctimas de una red violenta dedicada a la producción de películas 'Snuff' y las investigaciones paralelas realizadas por el periodista Juan Ignacio Blanco se hicieron rabiosamente populares.
Sin embargo, nadie hablaba de la fuga de Anglés.
De Antonio Anglés supimos que pudo huir con la policía pisándole los talones y que lo último que se supo de él es que viajaba como polizón de un barco mercante llamado City of Plymouth que viajaba de Lisboa a Dublín. Tras saltar del barco, se cree que pudo morir ahogado, pero nunca se ha sabido si pudo llegar a la costa con vida.
No digo que, investigando un poco en internet no pudieran encontrarse detalles más concretos sobre la fuga o que no se publicaran detalles en su día, pero sin duda sí que la fuga de Antonio Anglés siempre estuvo en un segundo plano. Mientras conocemos casi al milímetro otros detalles, incluso de la teoría de la conspiración que nunca pudieron demostrar, los pormenores de cómo el fugitivo logró burlar a las autoridades son bastante desconocidos. Y esos pormenores son el eje central de la docuserie Anglés: Historia de una fuga, que no profundiza demasiado en el crimen y centra sus esfuerzos en explorar el recorrido del asesino tras convertirse en en principal sospechoso una vez hallados los cadáveres.
Los autores de la investigación periodística que se lleva a cabo para el documental son Genar Martí y Jorge Saucedo, que reconstruyen una a una cada una de las etapas de la fuga a través de los testimonios del máximo número de testigos y van un poco más allá, tirando de algunos hilos por los que al parecer nunca llegaron a interesarse los investigadores a cargo del crimen en los 90. Un relato de la fuga como nunca había sido contado y que cuenta con el testimonio de inédito de la tripulación del barco donde se le perdió la pista, revelando algunos datos que me han volado por completo la cabeza: uno de ellos le dejó escapar y lamentablemente hay razones para pensar que pudo llegar con vida a la costa e incluso posiblemente seguir matando.
"Una información que puede dar un vuelco a todo lo que se daba por hecho sobre los últimos pasos de Antonio Anglés" y que nos pone más aún los pelos de punta al pensar que el 14 de diciembre de 2029, el asesino será un hombre libre cuyo crimen quedará impune con la prescripción del caso.
