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    El restaurante valenciano que hacía "cocina de intuición" y fue un reto para Chicote: sigue abierto 9 años después de 'Pesadilla en la cocina'
    Alicia P. Ferreirós
    Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

    El equipo del programa regresó al local para comprobar la evolución y rápidamente se dieron cuenta de que la propietaria no había estado usando la nueva carta que el chef diseñó para la reapertura

    Atresmedia

    Acaba de aterrizar en Netflix con todas sus temporadas, pero Pesadilla en la cocina nunca ha dejado de estar presente en nuestras pantallas mediante las millones de reposiciones en los canales de Atresmedia en la TDT. De hecho, son muchos los participantes en alguna de las temporadas del programa de Alberto Chicote los que han comentado en redes sociales que no dejan de verse en televisión y, al mismo tiempo, los restaurantes -pocos, dicho sea de paso- que continúan abiertos tras su participación en el programa siguen experimentando las consecuencias de su paso por el popular formato. Algunos han llegado a cambiar su nombre.

    A pesar de tratarse de un formato dedicado a reflotar negocios de hostelería, los 98 restaurantes a los que el chef Alberto Chicote prestó sus mejores consejos para ayudarles a salir adelante, lo cierto es que los que siguen abiertos apenas alcanzan el 20%. Uno de ellos es Anou, un restaurante valenciano que protagonizó el cuarto episodio de la tercera temporada, cuando el programa pasaba por su mejor momento.

    Anou, un restaurante afincado en el Barrio de El Botànic de Valencia, que muchos seguimos recordando a día de hoy por el enorme reto que supuso a Alberto Chicote y por algunas frases como que una coca es "cualquier plato elaborado con un elemento masa".

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    Nada más llegar a Anou, Chicote se daba cuenta de que Teresa, la dueña y cocinera del restaurante, iba a ser dura de pelar. La empresaria estaba convencida de que el chef iba a quedar impresionado con su original y revolucionaria cocina, que ella misma definía como "cocina de intuición" pero que ninguno de sus trabajadores entendía. Según la cocinera, el principal problema del Anou no era su comida, ni la organización, sino la falta de comunicación con los clientes, que no entendían su propuesta gastronómica: "Yo quiero hacer algo distinto, no quiero hacer lo que hace todo el mundo, porque si no ¿qué me diferencia de los demás?", se lamentaba Teresa.

    Anonadado con la primera cata, Chicote tuvo claro dónde estaba el problema y definió a la chef como una persona "con experiencia cero, ínfulas de grandeza, un ego como el estadio de Mestalla y un desastre a sus espaldas". Así, nadie se sorprendió de ver como al principio la cocinera obvió cualquier consejo y se lo puso realmente difícil al presentador del programa.

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    Sin embargo, el programa dedicado al Anou tuvo, como siempre, un final feliz en el que se veía luz al final del túnel y, nueve años después de aquello, sigue funcionando en Valencia bajo la responsabilidad de Teresa. No obstante, meses después, en un programa especial para el final de aquella segunda temporada, el equipo regresó al local para comprobar la evolución y rápidamente se dieron cuenta de que la propietaria no había estado usando la carta nueva que él mismo diseñó para el restaurante.

    Aún abierto, las opiniones sobre el restaurante son bastante dispares. Muchos se siguen acercando con la curiosidad de probar el restaurante tras haberlo visto en Pesadilla en la cocina y las críticas se dividen entre los que elogian la cocina y calidad de la comida y los que señalan haber vivido una mala experiencia con la propietaria.

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