Si tuvieras que decir cuál es la serie más emblemática de Netflix, ¿cuál dirías? La cosa está complicada, sí, porque a lo largo de sus más de 10 años de existencia la plataforma de 'streaming' nos ha dejado un buen puñado de producciones para el recuerdo, pero nos jugamos lo que sea a que la más mencionada sería Stranger Things.
Desarrollada por los hermanos Duffer junto al productor ejecutivo Shawn Levy para la plataforma de 'streaming', Stranger Things debutó en la plataforma en verano de 2016 como una propuesta veraniega de lo más fresca: ambientada en los años 80 y con un aire que a los más nostálgicos les hacía pensar en Los Goonies, la ficción nos trasladaba hasta la pequeña localidad de Hawkins, Indiana, para presentaros a un tierno grupo de niños aficionados a los juegos de rol y a las películas de aquella época que se veían inmersos en una aventura tan terrorífica como apasionante. Y nos voló la cabeza.
Lo que comenzaba con la extraña desaparición de Will Byers (Noah Schnapp) y la intensa búsqueda de su madre, el sheriff Jim Hopper (David Harbour) y sus inseparables amigos rápidamente se convirtió en una trama repleta de oscuridad con el ya famoso Mundo del Revés como escenario principal. En toda la vorágine, la aparición de Once, una joven con poderes víctima de diversos experimentos en un laboratorio de la localidad, se acaba convirtiendo en la única vía de escape para acabar lo que se esconde bajo tierra y la que entonces solo sería la primera de sus monstruosas criaturas: el Demogorgon.
La primera temporada fue un éxito total y, aunque en 2016 la plataforma de 'streaming' aún no compartía sus datos de audiencia, se sabe que rápidamente se convirtió en el tercer mejor estreno de su historia. Asimismo, la serie logró atrapar con completo a los espectadores y en las siguientes temporadas sus excelentes números fueron a más, siendo Stranger Things sin ningún tipo de duda una de las series estrellas de Netflix y uno de los pilares de ficción.
Por todo esto, quizá te sorprenda saber que nadie daba un duro por la serie, ideada por los hermanos Duffer tras su trabajo en la serie de M. Night Shyamalan en Wayword Pines. De hecho, Stranger Things fue rechazada entre 15 y 20 cadenas antes de recibir su gran oportunidad por parte de Netflix.
La pareja de guionistas ideó Stranger Things por primera vez en 2011 y comenzaron a proponer la historia a diversos estudios. Según contaron ellos mismos en una entrevista a Rolling Stone en el año de su estreno, una de las mayores quejas al respecto de su serie era el hecho de que, aún tratándose de un producto de ciencia ficción y terror, tuviese a un grupo de niños como personajes principales. Algunos estudios incluso llegaron a proponerle a los Duffer tomar una decisión que hubiese destruido el concepto: o cambiar el tono para hacerla más infantil o cambiar el foco de atención hacia los personajes adultos.
Tenéis que convertirlo en una serie para niños o hacerlo sobre este personaje, Hopper, mientras investiga actividad paranormal en la ciudad
Menos mal que lo tuvieron claro: "Eso sería perder lo interesante de la serie", recordaba haber contestado Matt Duffer.
Finalmente, la historia tuvo un final feliz, como todos sabemos, cuando la pareja creativa, ya a punto tirar la toalla, le presentó la idea a Netflix que dio un voto de confianza desde el principio a lo que los Duffer le planteaban y quedó eclipsada con el guion del primer episodio. Una auténtica diana por parte de la plataforma una oportunidad perdida para aquellos que no lo supieron ver.
